El atacante del Real Madrid, Gareth Bale fue protagonista de una curiosa anécdota a su salida de los entrenamientos del club blanco.
El galés que se trasladaba en su lujoso vehículo no dudó en parar y firmar autógrafos a los hinchas que esperaban en las instalaciones del Valdebebas.
Bale también accedió a tomarse una foto con una aficionada pero luego le pidió un beso y este se lo negó. MIRA LAS IMÁGENES.