Aunque sus raíces europeas, de gringa del otro lado del mundo, la hagan verse diferente a sus compañeras de la selección, Elena Keldibekova, se siente más peruana que el cebiche. Hace 15 años dejó su natal Kazajistán por un amor que hoy es la razón de su vida. Ahora, convertida en toda una celebridad gracias a la famosa patadita que la catapultó en el firmamento mediático, ya de vuelta en casa, Elena celebra con su nueva patria, al lado de sus dos grandes amores, su esposo Johnny y su hijo Jan, y rodeada del cariño de millones de peruanos, que valoran su esfuerzo, su carisma y su amor a la blanquirroja. Ayer hizo un "break" con EL BOCÓN y reveló cosas poco -o nada- conocidas de ella, del equipo, el Pre Mundial, su familia. Estuvo, como se dice, de la patada. Es decir, a su estilo. -Imaginabas un recibimiento tan espectacular en el aeropuerto? -No, pero le agradezco a toda esa gente por apoyarnos tanto. Fue un recibimiento espectacular, estuvo mucha gente que tiene fe en nosotros y nos quiere bastante. -Tu esposo Johnny iba adelante con un ramo de rosas, ese gesto derrite a cualquier mujer. -Sí, me encantó que me esperara así, fue un lindo gesto, pero él siempre es detallista, por eso lo adoro. -Así te conquistó? -Bueno sí, no lo puedo negar, aunque al principio (hace 14 años) me hice la difícil, pero fue un amor a primera vista. -Me contó que te hacía corazones en la arena... -Es verdad, hacía locuras, es que no podíamos comunicarnos muy bien por el idioma y todo era por señas, hasta que aprendí a hablar español. -En tu barrio eres muy querida. El lunes en la noche cómo te recibieron? -Salió un montón de vecinos a recibirme, me decían que era una chola más y me agradecían por entregarme por la selección. -Hasta sacaron pancartas. -Sí, fue una cosa de locos, toda la noche se la pasaron felicitándome, parecía el "guachiman" del edificio de tanto abrir la puerta para atender a los vecinos. -Imaginaste que fueras tan conocida? -No pensé que tanto, menos en mi cuadra, yo sólo salgo a pasear con mi perro y nadie me pasa la voz, pero ahora todos me saludan. -Pero más que por la clasificación al Mundial de Japón, a la gente le quedó grabada en la memoria esa jugada de la patada. Fue espectacular. -Parece que sí, pero se ha sobredimensionado mucho este tema. Lo de la patada fue una jugada normal, se dio en el momento preciso, la pelota cayó en mi empeine, justo para patearla y la pude hacer bien. -Tu esposo me contó que no era la primera vez que la hacías. -Es verdad, no es la primera vez que me sale, ya lo había practicado en el club, cuando hay que salvar una pelota se tiene que llegar como sea y el pie es un recurso válido. Esta vez me tocó hacerla a mí, pero pudo ser cualquiera de las chicas, Leyla (Chihuan) también la hizo el año pasado contra Argentina, pero nadie habló tanto como lo hace ahora. -Esa es parte de la criollada peruana. -Así dicen algunos, pero es un recurso que tenemos en el vóley. -Vas a vivir el resto de tu vida marcada por esa patada. -No me gusta que se me encasille sólo por eso de la patada, fue algo raro, es cierto por el momento de euforia todo el mundo lo celebró, pero ibamos ganando el partido y luego seguimos jugando bien. Esa jugada más que nada refleja el sacrificio de las chicas porque después de la patada corrieron todas para salvar el punto. -Todo el mundo pensará que eres hincha del fútbol por hacer esa jugada. -No me gusta el fútbol, me aburre. Mi esposo es fanático, es hincha de Cristal. Yo no soy hincha de ningún equipo. -Entonces la practicaste en casa con tu esposo, como él mismo lo dice. -Ja,ja,ja, no tanto, no la he practicado en casa, pero mi esposo ya sabe que se tiene que portar bien sino la pongo en práctica con él. -Este logro de ustedes demuestra que en el Perú no todo debe ser fútbol. -Que los chicos no consigan cosas importantes con la selección de fútbol es otra cosa, no es sólo culpa de ellos porque hay cosas que no están bien en ese deporte, pero ahora somos nosotras las que estamos sacando la cara por el Perú. -Pero ahora "Chemo" ya tiene un nombre más para escoger... -No, nada de eso, para empezar ni sé quién es "Chemo", pero cada cual en lo suyo, lo mío es el vóley y se debe apreciar nuestros logros, una clasificación a un Mundial no se da todos los días. -Dices que no te gusta el fútbol, pero has ido al estadio alguna vez? -En Alemania tuve oportunidad de ir, cuando jugaba allá. Fui al estadio de Hamburgo con mi esposo, pero no me llamó mucho la atención. -Fuiste a ver a Paolo Guerrero? -Era su primera temporada en Hamburgo. Pero no fui por él, sólo que nos daban entradas para ir al estadio, y justo me dieron para ese partido, pero estaba arriba, en un rincón del estadio y veía la cancha pequeñita, ni me di cuenta si jugó Guerrero. -Eres celosa? -No, para nada. -Lo digo porque tu hijo Jan está en plena adolescencia, por ahí te sorprende con una enamorada. -Ja,ja,ja, de repente, si en el aeropuerto me decían suegra. -Y con el esposo tampoco hay problema. -No, yo sé como es él, hay mucha confianza. Él dirige a equipos de señoras, pero no lo ando controlando. -Te molesta que te fastidien por la edad. -No, si mi hijo dice que somos la "selección de viejitas", pero yo me río. Siento que estoy en mi mejor momento, tengo mucha vitalidad y experiencia, y para el puesto en el que juego (armadora) eso influye mucho. -Cómo te va con la cocina? -He aprenddido a cocinar rápido, solita me esmeré por aprender los platos típicos del Perú. Me sale bien el ají de gallina, a mi familia le gusta mucho. -Sabes preparar el cebiche? -No me sale muy bien, más me gusta comerlo, pero sin mucho ají. -Extrañas tu tierra? -De hecho que sí, pero ahora me siento una peruana más. Tengo fotos de mi niñez allá, guardo recuerdos muy bellos de mi patria, siempre hablo con mis padres y ellos siguen mi carrera por internet, son mis hinchas, pero soy feliz aquí, tengo a mi hijo y mi esposo, y el cariño de la gente me hace sentir bien. Las chicas me dicen "chola" o "negra", todas esas cosas te hacen sentir como en casa, por eso no me quiero mover de acá. José Torres Orellana