Suiza dio hoy la mayor sorpresa del Mundial de Sudáfrica al vencer por 1-0 a España, una de las grandes favoritos al triunfo final, que se estrelló ante el muro defensivo rival. En los 18 enfrentamientos anteriores entre ambos equipos, España había ganado 15 partidos y empatado tres. En resumen: Suiza consiguió hoy el primer triunfo ante España en toda su historia, y nada menos que en un Mundial. España se esperaba un partido incómodo en Durban, pero no sabía hasta qué punto. Hizo muchas cosas bien para ganar, pero el excelente planteamiento defensivo del rival y la falta de inspiración propia le llevó a una derrota que pone el Grupo H al rojo. El partido fue un monólogo español. Omar Hitzfeld, el seleccionador suizo, había avisado en la víspera que no le importaría defender con nueve y cumplió. España se hartó, y casi se aburrió, de tocar el balón hasta llegar al arco contrario. El despliegue inicial de los españoles fue el esperado, con David Silva y Andrés Iniesta incorporándose a la delantera para intentar derribar el muro suizo. Si acaso, el equipo echó de menos esas chispas de talento de Xavi. Pero la propuesta española fue irreprochable. España disparó por primera vez a puerta a los 16 minutos, con un lanzamiento de David Silva. Mucho más clara fue la ocasión de Gerard Piqué a los 24 minutos, cuando recibió un pase mágico de Iniesta, dribló a un defensa y el arquero Diego Benaglio se tiró a sus pies para rechazar. El equipo de Vicente del Bosque seguía madurando a su rival, que apenas corría para perseguir. A España le faltaba mezclar el juego, incorporar pases largos a su repertorio, buscar algo más que la combinación con paredes. Pero no era fácil encontrar soluciones ante un equipo que tenía a nueve jugadores cerca del arquero. España tuvo otra oportunidad clara a los 43 minutos. David Villa encaró a Benaglio y se equivocó al centrar, enviando el balón muy lejos del alcance de Silva. Y España se fue al descanso con la preocupación de quien no es capaz de encontrar la salida del laberinto. Al poco de la reanudación, España encontró más asuntos en los que pensar porque Suiza marcó a los 52 minutos gracias a un golpe de la fortuna. Benaglio sacó en largo, España se abrió por el centro, los delanteros suizos pelearon, varios futbolistas cayeron por el suelo y Fernandes empujó a la red. Un gol casi extravagante, pero válido al fin. Del Bosque dio un golpe en el banco y ordenó las entradas de Fernando Torres y Jesús Navas, más artillería para el ataque. Sin un juego demasiado exquisito, España continuaba acechando el arco suizo, con ocasiones de Iniesta y Torres, por ejemplo. Tampoco le era fácil gestionar la ansiedad que produce caer ante un rival supuestamente tan inferior y en un partido de debut en un Mundial. Y la suerte también le era huidiza. A los 70 minutos, Xabi Alonso estrelló en el larguero un violento disparo. El partido era una montaña rusa de emociones, con España volcada sobre el arco rival y Suiza afilando sus garras para lanzar un contraataque. Y Derdiyok pudo sentenciar a los 75 minutos, cuando encaró a Casillas y mandó el balón a un palo. Los minutos fueron cayendo y España acabó desesperada, casi desquiciada, incapaz de encontrar ese remate final que salvara siquiera un punto. Y así se consumó la primera gran sorpresa de este Mundial, una derrota española, una enorme piedra en su camino hacia el título que tanto ansía.