ESCRIBE DESDE PANAMÁ CÉSAR MUNIVE MORALES La evidente parcialidad del árbitro costarricense Alberto Cerda construyó a un oponente mucho más poderoso del esperado para Perú. Panamá armó mucha más pelea entonces y terminó por darle a la blanquirroja su primera derrota en la era Markarián. La primera de cuatro, la primera de visita, la primera en una noche que se acomodó toda en el aburrimiento, en la bronca, en la mala espina, en la falta de reacción, en la cólera por un oponente que ganó con ayuda. Difícil, tosco, opaco. Para el olvido. Primer partido Perú apareció con Jéfferson Farfán y Johan Fano en el ataque, los dos más exportables de la oncena del "Mago". Pero el estricto orden panameño impidió a Ramírez, Rivas y Tragodara interpretar un mejor avance. No había mucho. Perú y Panamá se acomodaban en la cancha. El portero Fernández ya era puesto a prueba por Quintero y Rentería, además de un conocido nuestro, como Luis Tejada, quien con su potencia y movilidad ponía en apuros a los centrales Vílchez y Ramos, también a Rabanal por el lateral. Pero fue a los 23 minutos que determinó en parte el rumbo del partido. El árbitro Cerda expulsa con roja directa al defensor Carlos Zambrano, quien había cometido una falta sobre Tejada y cuya gravedad podía aplacarse con una amarilla. La roja era excesiva. Pero ya Panamá era superior desde antes. Segundo partido Recién a los 26 minutos del complemento Perú tuvo una primera opción clara de gol. Ramírez, por derecha, hace la diagonal, amaga y lanza el centro venenoso que Farfán no alcanza a conectar en el corazón del área. No hubo más. A los 32', llegaría el gol panameño. Tiro libre del ingresado Gabriel Torres, quien encuentra a una barrera que se abre y a un portero Fernández burlado por su lado izquierdo para el 1-0. Perú no tenía con qué reaccionar. Panamá hizo los cambios suficientes para incrementar el peso de un hombre más. El "Mago" mandó a Luis Advíncula por Ramírez intentado jugársela, pero no alcanzó. Farfán ya estaba agotado y un Rengifo nuevo por Fano tampoco fue la solución. Perú, aunque destacó su resistencia ante un hombre menos, nunca supo lastimar a un fútbol panameño que no pasa de modesto. El árbitro ayudó en eso, cierto, pero se notaba también la falta de ideas, de equipo. La bronca Finalmente, Advíncula coperaría en algo. En explotar la calentura de los "panas". Así despertó la bronca y los manotazos, las lisuras. La bravura apareció en ambos y todo se condicionó para un partido que debió acabar mucho antes de los 90. Quizá un primer tiempo hubiese estado bien. Espectáculo no había. Los incidentes en el estadio Rommel Fernández dieron pase a lo extradeportivo. Que el árbitro, que las agresiones, que cualquier cosa... El paso por Panamá resultó para Perú una experiencia, un aprendizaje más que todo para ese otro que encierra el fútbol, y que tantas veces -en Eliminatorias, en Copas- nos costó un partido.