No todo es lo que parece (ni debería serlo), decimos casi susurrándole a nuestro subconsciente para no despertar la sirena de alarma. Porque, en efecto, sabemos que a veces la realidad es engañosa y suele ser nada más que un fantasma que sólo se nos muestra un instante para huir sin cesar. Lo cierto es que no hay que subestimar los errores y apuntalar los aciertos si es que se quiere aspirar a grandes cosas. Porque más allá que un cero a cero tenga equivalencia a la nada, para Universitario el cero ante Gálvez tiene visos de punto de inicio para creer que lo que se hizo hasta ahora, va por buen camino (aunque no sea suficiente). Porque si bien es cierto la cancha sintética del estadio de Nuevo Chimbote no permitió hacer dos toques seguidos con precisión, más que atenuante, debe servir como prueba para superar situaciones extremas, sin excusas, porque lo que se viene de ahora en adelante, será todo cuesta arriba. Por eso, ante José Gálvez, Reynoso puso en la cancha a su equipo base, aquel que (con uno o dos cambios) debute en el torneo nacional y luego inicie su ruta por la Copa Libertadores. En el ensayo de ayer, con una pelota de bote inmanejable, el cuadro local sacó ventaja y tuvo contra las cuerdas a la U. Apretándolo en sus tres cuartos de cancha y asfixiar la fórmula de dos, tres toques, salida por las bandas y llegada al gol. Los cremas sucumbieron, sin lucidez mental se hizo difícil en medio del plástico y mucho más con Solano de espectador en el banco (aunque prometió fervientemente que el miércoles contra Aurich sí jugará). Un tiro de Ward que se estrelló en el palo, hizo temblar la resistencia crema. Alva por un lado y Miguel Torres por el otro, insistieron en desbordar, pero Perillo estaba peleado con el arco, mejor dicho con el pasto sintético que le terminó sacando ampollas en los dos pies. A los 29 un cabezazo de Sandro Gamarra se colaba al fondo pero el Gato Fernández en reacción felina, salvó con las uñas la caída de su valla. Sin embargo, ocho minutos después, la réplica del Zorro Alva vino con un frentazo, que Renzo Guevara sacó en la línea. En la segunda etapa Jersson Vásquez dibujó a la defensa pero su disparo se fue cerquita al palo derecho de Fernández. Luego Iriarte, de tiro libre, ilusionó a los chimbotanos pero la mandó arriba. Empero Orejuela, que entró por Perillo, quizá pudo inclinar la balanza cuando un disparo suyo cruzó la línea de gol y dentro del arco la rechazó el arquero Ferreira, sin que el juez cobre el (merecido) tanto. El cero no es para alarmarse, todavía quedan dos semanas para el torneo y algo más para la Copa. Y no todo es lo que parece.