Hace dos años dejó el fútbol profesional para empezar su carrera como asistente técnico de la Academia Cantolao y posteriormente coger el mando del equipo de las Reservas. Hoy, cuenta lo mejor de su carrera como jugador profesional y revela una anécdota del .

Entrevista por: Sharles Hernández

¿Qué recuerdas de tu carrera como futbolista?

Recuerdo todo. Ahora que hemos dejado de jugar recordamos todo, desde mis inicios en Cantolao, mis años en Argentina, cuando pude ser campeón con Cienciano, el paso por Europa, los compañeros, las amistades que te deja el fútbol. Recuerdo muchísimo y a veces te pone un poco melancólico no poder revivirlo.

Jugaste en Alianza, Cristal, Cienciano… ¿Pudiste llegar también a la “U”?

El primer año que llegue a Cienciano estuve cerca de llegar a la U. Fue un año muy lindo y se me abrieron varias puertas.

¿Cuáles crees que fueron tus mejores goles?

Mis mejores goles seguro que con la selección por la importancia. Los que anoté que fueron tres, me quedo con los goles de la selección.

¿Te consideras un tipo con calle?

Yo me inicie tarde, a los 14 años, siempre he jugado en la calle, en el barrio, vivía a un par de cuadras de El Porvenir, siempre he jugado ahí. Me considera un chico de la calle, que viene de esas épocas de palomillada en la que uno aprendió todo en la pista.

¿Hoy en la actualidad hay algún jugador con talento que te llame la atención?

Me gusta mucho este chico Jean Deza, tiene mucha calidad, lastimosamente no ha podido terminar de explotar.

Alguna anécdota que recuerdes de tu carrera

Me acuerdo de esta que la comparto con varios chicos. El “Ogro” me va a matar. Vivíamos en un departamento Fabbiani, el “Pampa” Romero y yo. El gordito Fabbiani siempre era un poquito pesadito. Íbamos a comer al restaurante del club y él decía “miren cómo estoy comiendo” y solo comía ensalada. Un día nos dice “estoy cansado, le voy a decir al profe”. Esta vez se fue rapidísimo, seguimos comiendo, llegamos al departamento, Fabbiani tenía su cuarto solo. Agarramos y no abría la puerta. Queríamos entrar a molestarlo y no abría... se habrá quedado dormido decíamos, pues era las 10 de la noche. Abrimos y estaba en una sábana, me acerco y lo destapo, tenía entre su cuerpo papitas, un montón de confites. Le dijimos “como puedes hacernos mentir”. Estábamos que nos matábamos de risa. El gordo era tragón, le gustaba comer, no podía estar sin comer nada. Siempre decía que no comía, llegaba al entrenamiento y estaba con sobrepeso. Iba al departamento y se metía todos sus confites.

Ahora en la faceta de técnico, ¿tienes algún espejo?

No tengo un espejo, si un día llego a Primera División trataré de inventarme o reinventarme yo mismo siempre. Obviamente muchos partidos, uno siempre saca algo.

¿Costó dejar el fútbol y ser técnico?

Sí, pero yo ahorita técnico de primera división todavía no soy y me estoy preparando. No fue fácil para nada dejar de jugar o ser asistente, estar bien físicamente. Ahora de físico poco. Nos toca estar haciendo otras cosas como estar viendo vídeos.

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