De pronto, la luz se hizo sombra, los elogios, reproches, y los buenos deseos, un castigo inmisericorde. Había llegado a Matute y puesto la camiseta de Alianza Lima con esa ilusión que todo futbolista guarda desde niño y piensa gozar de grande. De pronto, esos aplausos que había escuchado -y gozado- con el Boys en el Miguel Grau con un rugiente mar rosado inflando su orgullo y su fe, más hacia el este, en La Victoria, se hizo silbido, bronca y hasta insultos. Entonces, Johnnier Montaño, que había llegado a Matute como el enviado de Dios a comienzos del 2008, terminó esa misma temporada -al igual que sus compañeros- con su vida -con la blanquiazul- pendiendo de un hilo. Por poco se van a la baja. Este año, al primer intento de regresar a sus orígenes, a su fantasía, al gol, a la explosión y al triunfo de su paso por el Boys -y antes en Colombia, en Holanda, Argentina e Italia-, pero con esa blanquiazul en el pecho, fue como si le dijeran: no te conozco y me das pena. Hoy, Montaño admite, sin embargo, que, gracias a mi Dios, esos momentos duros están comenzando a disiparse, el partido con CNI fue como la confirmación de algo que ya venía en camino y se resiste a ponerle fecha de vencimiento. Siente fiesta, aplausos, ilusiones. Empero, en el mismo instante del pitazo final, con alegría y cólera al mismo tiempo, dictó una sentencia. No voy a hablar más y si hablo, yo voy a decidir con quién. Apuntó a la prensa (escrita, radio, televisión e internet). Todos -o casi todos- en el paredón, y disparó sin compasión. Había resistido muchas balas. Un arsenal, asegura él. -De todo lo que se ha dicho de ti, qué es lo que más te ha dolido? -De mí pueden decir que hasta soy un hijo de p..., pero ya me cansé de que me tomen como un huevón... -Tú estás molesto con la hinchada o con la prensa? -Con la hinchada, nunca. Es más, lo único que tengo para ella es agradecimiento. Los hinchas siempre me han tratado bien, me alientan, me hacen sentir cómodo, siento que me quieren y me lo dicen. -Cuál es el pecado de la prensa entonces? -Lo que te dije, que hay quienes creen que soy un huevón. De mi pueden decir que juego mal, que no debo ser titular, que no hice nada en la cancha. Las críticas las acepto, esto es fútbol y así ha sido y así será siempre... -Entonces... -Entonces sucede que lo que me revienta es que me inventen cosas, que me hagan hablar en sus diarios sin haber dicho una sola palabra. Me inventan entrevistas, han sido muchas. Qué te parece. Pusieron hace poco que yo había tratado de viejitos a los jugadores del Chalaco. Eso yo no haría nunca, son mis compañeros de profesión. Tampoco me parece bien que publiquen una foto mía con una chica que no viene al caso. No sé qué buscan... -Has tenido problemas por esa foto? -Por suerte mi esposa es muy madura en su pensamiento, ella sabe cómo es esto... -No hubo una tragedia entonces... -Ya te dije, de mí pueden decir muchas cosas, me han hecho miércoles y no dije nada. -Nunca le reclamaste nada a ningún periodista? -Sí, a tres payasos. No les reclamé sus críticas, pero sí que me inventen entrevistas. Muchos periodistas han ido a mi casa sin avisarme nada y yo incluso les he abierto las puertas y los he hecho pasar, porque valoro su trabajo, pero mira cómo se portan... -Estás pidiendo que a cambio sólo te dediquen elogios? -No, no. Pero son unos cobardes que tiran la piedra y esconden la mano. No son hombrecitos de sostener lo que dicen. Que me critiquen, yo no me molesto, pero son malaleche. Mi esposa y mi hijo son los que sufren, eso me molesta. Eso no es justo. Yo soy el futbolista, el hombre público. Mi hijo es un niño, pero es muy inteligente, se da cuenta de lo que pasa. -Y entonces no vas a hablar con la prensa? -Así es. Hasta diciembre, nunca más hablo con la prensa. Eso está decidido y no pienso cambiar. -Así sigas jugando en Alianza u otro equipo del Perú? Tal vez por la U. -A mí me gustaría quedarme mucho tiempo en el Perú, me gusta mucho todo, pero aquí sólo voy a seguir en Alianza o volvería al Boys. Nada más. Nunca por la U. -Tienes una cuenta pendiente con ese club o con uno de sus dirigentes. Bueno, ahora ex, Julio Pacheco. -No. Eso yo no sé, eso lo ven mis abogados. Si yo me hubiera equivocado no hubiera podido jugar por Alianza. -Pero te ha ganado el juicio, tienes que pagarle 100 mil dólares de reparación civil. Con el puño cerrado no se puede intercambiar un apretón de manos. -Yo estoy bien. De ese tema no hablo. Dios decidirá. Tengo paciencia. Yo me hice desde niño y soy fuerte. Yo me fui de mi casa a los 10 años y aprendí a tomar mis decisiones. -Cómo así? -Me llevaron a jugar a Holanda, después volví al América de Colombia, luego estuve en Argentina y en Italia, al Parma, me fui a los 15 años. -Demasiado para un chico. -Sí, pero ahí estaban mi mamá y mi hermano, que me cuidaban y aconsejaban. Mi hermano hoy juega en el Montpellier de Francia y mi mamá ya no está... Murió cuando yo tenía 17 ó 18 años. -Y cómo crees que tu mamá, donde esté, se siente de lo que haces de tu carrera? -Supongo que bien. Yo hice algunas cosas que no debí, pero ya me di golpes de pecho. Soy un hombre limpio, creo en Dios, Él me juzgará. -Finalmente, no vas a hablar con la prensa pase lo que pase? -No. Yo voy a seguir jugando, tratando siempre de entregar todo por Alianza Lima, ayudando a conseguir resultados y, ojalá, a lograr el título. Ese es nuestro objetivo. Tenemos un plantel rico en jugadores y un gran entrenador. -Ahora sí la última. Y por qué has aceptado hablar con EL BOCÓN? Nosotros también te criticamos, muchas veces hemos dicho que no estás justificando tu sueldo, que en ocasiones pasas por el equipo como el Hombre Invisible, nadie te ve en la cancha estando en ella... -Sí, eso es crítica y lo acepto, está bien, pero no me han insultado. Se puede decir, me llevo bien con ustedes, pero ese bien que se entienda como una relación tal vez en algún momento tirante, pero de respeto. Por su seriedad. En cambio con otros es distinto. Eso sí, yo soy responsable de mis palabras. No es una venganza, pero yo no me tiro para atrás.