Justo cuando más los necesitaban aparecieron en su máximo esplendor y demostraron su grandeza. Ante el clásico rival, su experiencia y calidad fueron determinantes para colaborar con el equipo y devolverlos a la vida. La sequía de triunfos acabó, ahora la U sonríe de la mano de los que saben: Óscar Ibáñez, Mayer Candelo y Héctor Hurtado. Como en sus mejores épocas, el Viejo se cuadró en el arco y no defraudó. Después de muchos años volví a jugar un clásico, ya extrañaba estar en este tipo de partidos, pero espero que no sea el último. La verdad no me esperaba estar, recién me avisaron en la charla previa al partido y lo tomé con calma, debía ver cómo lo tomaba Raúl (Fernández), pues no era fácil asimilar esa decisión del técnico. Por eso al final del partido nos dimos un beso como muestra de la unión que hay en el grupo, señaló el experimentado golero. Al fin esa zurda prodigiosa volvió a brillar con luz propia, llevando de la mano a la victoria de su escuadra, por eso Mayer Candelo celebra su vuelta triunfal. Ganarle a Alianza en su campo es lo más lindo que puede haber, este triunfo quedará en mi memoria por siempre, y quiero seguir soñando con jugar unos años más en la U, el cariño que le tengo a esta camiseta y a la institución es muy grande y no quiero dejarla nunca. Quiero llevar al equipo a conseguir el título nacional, ya sabemos lo que es sufrir, pero ahora estamos aprendiendo a luchar. El Vagón fue el protagonista principal del festín crema dejando de lado su sequía de goles con dos anotaciones. Es bueno reaparecer con dos goles y más cuando el equipo está complicado. No soy un salvador, sólo colaboro con el equipo. Ahora nos queda seguir luchando hasta el final, ya dimos el primer paso ganándole a Alianza, acotó Hurtado.