Alianza no la pasa bien en la Copa Libertadores (Perú). EFE/ Paolo Aguilar POOL
Alianza no la pasa bien en la Copa Libertadores (Perú). EFE/ Paolo Aguilar POOL

Para nadie es un secreto que nos cuesta mucho competir de forma internacional. Sobre todo a nivel de clubes donde la mayoría de veces, nos quedamos en la primera ronda de la o la Copa Sudamericana. ¿Qué está pasando?

No tengo la respuesta exacta y no creo que sea un solo factor el que influya. He estado en el pellejo de los jugadores y sentirte superado sin saber qué hacer o, peor aún, sabiendo qué hacer pero simplemente no poder desarrollarlo porque el rival te supera, realmente es frustrante.

No pretendo excluir de responsabilidad al futbolista, sin embargo no olvidemos que a los jóvenes jugadores se les va formando una conciencia dirigida únicamente al triunfo (esto genera la búsqueda de ganar de cualquier manera).

Además, en la mayoría de casos con una formación futbolística en donde le obligan a acatar lo ordenado. Sin fundamentos ni razones y esto evita que el jugador piense, saque conclusiones y desarrolle mejor su función.

Ese jugador crece, se vuelve profesional y se encuentra con un mundo distinto al que estaba viviendo. Si ha contado con la compañía de sus familiares y ha tenido la suerte de coincidir con un buen formador entonces sabrá defenderse (a la mayoría no se le presenta así).

A partir de este momento tendrá que enfrentar las exigencias del periodismo, del público, la competencia interna por ser titular o en la mayoría de los casos la presión por resolver los problemas económicos de él y de su familia. Este es el ser humano que debe competir y que no escapa a vivir en una sociedad exitista y exigente que ignora que los malos resultados internacionales son consecuencia de errores cometidos y no son de casualidad.

En el Perú hay buenos jugadores, lo vemos cada vez que juega la selección. Tampoco creo que no tengan personalidad para enfrentarse a rivales extranjeros, si no la tuvieran no hubieran logrado superar los inconvenientes que se le presentaron para llegar a la Liga 1.

Me parece que debemos prestar atención a las divisiones menores y acompañarlos de mejor manera apuntando sobre todo a la persona. No existe el jugador de fútbol, existe la persona que juega al fútbol. Así como existe la persona que ejerce de médico o arquitecto, es lo mismo con el futbolista. Y no siente el fútbol de la misma manera un argentino, un brasilero o un colombiano. Encontrar cómo lo siente el peruano y darle todas las herramientas para que se desarrolle, lo ayudará no solo a competir mejor, si no también a ser un hombre mejor.