Villa María sonrió. Y lo hizo gracias al fútbol. “Que es una buena excusa para ser feliz”, como decía el técnico argentino César Luis Menotti. Tres de la tarde. Todos buscan su mejor ubicación en el recién estrenado estadio Héctor Chumpitaz, ubicado en el corazón del pujante distrito de Villa María del Triunfo. En la cancha hacen su aparición dos equipos con los colores de Boca Juniors y River Plate, dos históricos del balompié mundial. Gana River Por el cuadro xeneize alternaron José Basualdo, Luis Alberto Carranza, Julio César Balerio, el burgomaestre de Villa María, Manolo Castillo, gestor de esta gran obra para el fútbol de su distrito, entre otros. Los riverplatenses no se quedaron atrás. Adrián Czornomaz, Juan Pajuelo, Oscar “Muñeco” Fernández eran parte de la columna vertebral del equipo millonario. Hubo buen fútbol, pierna fuerte (como todo clásico) y, principalmente, buen fútbol. Quién ganó? River se impuso por 8-6 con cuatro goles del “Pirata” Adrián Czornomaz, quien demostró que el hombre sabe más por viejo que por diablo. »El turno de “Chumpi” La gente gritaba, dejaba la garganta en el estadio Héctor Chumpitaz. Y pedía que se inicie el partido de fondo. Los equipos? Universitario y Sporting Cristal. Dso históricos del fútbol peruano. Por los cremas Chumpitaz, con un físico envidiable, era quien arengaba a sus compañeros “Beto” Carranza, Gustavo Grondona, José Basualdo y Martín Duffó, entre otros, a dejar la piel en la cancha. “Vamos muchachos, hoy (ayer) no perdemos, vamos a meter la pierna fuerte y a hacer los goles”, gritaba el “Capitán de América”. »Triunfo rimense Se inició el partido. Cristal, con los cerebros Julio César (Uribe y Antón), bien secundados por Francesco Manassero y el golero Daniel Ferreyra demostraron que estaban más iluminados que su rival. Ello hizo que inclinen la balanza a su favor y se impongan por 4-3. Aunque, es claro, a nadie le importaba el resultado final. La gente de Villa María lo único que quería era disfrutar de una jornada de fi esta. “Chumpi, Chumpi”, gritaba la afición, mientras el alcalde Manolo Castillo hacía entrega de los trofeos a los equipos ganadores. “Estoy orgulloso de saber que un estadio lleva mi nombre. El resultado ha sido lo de menos, me voy contento porque la gente disfrutó de una gran tarde”, afirmó el “Granítico” en medio de las felicitaciones de sus compañeros y rivales. Villa María sonrió. Su gente bonachona festejó por todo lo alto la inauguración de su estadio propio. La promesa la cumplió Manolo Castillo. Por eso su pueblo lo ovacionó.