El técnico español Rafa Benítez creyó haber estudiado al milímetro al once corinthiano antes de la gran final del Mundial de Clubes. Lo calculó todo, pero cometió dos errores: escribió mal el apellido de Paolo Guerrero y no le alcanzó su análisis para frenarlo.Falló la escuelitaEl portal brasileño Globoesporte ingresó al camerino del Chelsea luego de la final que ganó el “timao” y encontró orientaciones detalladas del accionar de cada jugador corinthiano en papelógrafos pegados en las paredes.
En ellos, el técnico definía uno por uno las cualidades de ataque de cada jugador de Corinthians y la forma en que los “blues” deberían anularlos.
Incluso, en los tiros de esquina, Benítez explicaba las marcas personales.
A Paolo Guerrero, quien aparecía como “Guerro” es estos dibujos, debía marcarlo Ivanovic, asistido por el brasileño David Luiz para la marca en zona. Emerson Sheik sería trabajo para Moses.Defensa y ataqueEn los recuadros estaban detalladas las formas en que el “timao” podría hacer daño.
Se delineaba las trepadas de Alessandro y sus peligrosos centros para el “Depredador” y el brasileño Emerson Sheik.
Todo muy estudiado y bonito, pero falló en dos instantes en que “Guerro” amagó y no pudo.
Sin embargo, en el minuto 69 el plan volvió a fallar. Un rebote encontró solo a “Guerro”, alejado de Ivanovic, David Luiz y Cole, y con el frentazo listo para el gol que sería el del título.