Un gol de Maximiliano Morález a pocos minutos del final le permitió a Vélez vencer a Huracán por 1-0 y consagrarse campeón del torneo Clausura del fútbol argentino, en una definición dramática que tuvo de todo, incluso la caída de granizo. El gol del mediocampista velezano llegó en el minuto 83, luego de quedarle servido un rebote que dio el arquero de Huracán, Monzón, quien a su vez había sufrido una infracción por parte del delantero Joaquín Larrivey que el árbitro Gabriel Brazenas no sancionó. Vélez terminó el partido con diez hombres por la expulsión del propio Morález, quien se sacó la camiseta al festejar el gol y ya estaba amonestado. En el primer tiempo, el arquero de Huracán Gastón Monzón atajó un penal al delantero Hernán Rodrigo López. Con este resultado, Vélez sumó un total de 40 puntos, dos por encima de Huracán y Lanús, que ayer superó a San Martín por 3-2. El partido fue dramático por donde se lo mire, porque además sufrió una interrupción de casi media hora, debido a que cayó un fuerte granizo y el árbitro debió suspender el cotejo por la integridad física de los jugadores. El equipo velezano llegó al gol de manera inesperada, luego que un balón cruzado no fue retenido por el arquero Monzón -sufrió falta de parte de Larrivey- y el balón le quedó servido a Morález, que marcó el gol que valió el título. Como si faltara poco dramatismo, el árbitro -de pésimo trabajo- otorgó ocho minutos de descuento, ante la desesperación ahora de Cappa que insultaba por la ausencia de pelotas. El final fue tumultuoso, con gente colgada en los alambrados y entrando al campo de juego, y la discusión entre los jugadores en un final que para nada se relaciona con lo efectuado por los dos equipos en el certamen. Buenos Aires, Argentina dpa