Un conato de bronca entre Piero Alva y Juan Jayo estuvo a punto de sazonar aún más el clásico de los clásicos. Todo fue producto del calor del partido y cuyo árbitro fue el Negro Galván. Puestos para la prueba antidoping, Jose Carlos Fernández y Juan Jose Jayo por los blanquiazules, y el Zorrito Alva con Carlos Galván por los cremas, todos con las pulsaciones a mil, sólo dos de ellos cargaron su desenfreno hasta el área médica. Jayo apenas ingresó al consultorio increpó duramente a Alva, que no aguantó las palabras del Pulpo y se le fue encima para reclamar la malcriadez del íntimo. En medio de los dos, el Negro Galván de inmediato estiró ambos brazos y con las manos abiertas, los empujó para separarlos y la cosa no llegue a mayores. Luego de eso el Pulpo se calmó. De espectador el Tanque Fernández no intervino y el Zorrito prefirió irse a un costado para hacer unas flexiones y no volverse nuevamente a cruzar con Jayo. Era necesario calmar las tensiones, el clásico había sido bastante caliente y recién los actores estaban calmando sus alegrías y sus broncas.