Julio César Uribe se llevó del estadio San Martín una alegría a medias. Festejó el triunfo de su equipo, pero sintió un profundo dolor al ver caer a su Cristal querido. Pese a ser el villano, se fue entre aplausos y cánticos halagadores de la hinchada rimense que hasta lo pidieron al frente del equipo. Uribe enséñale a ese vago, le gritaron, y el Diamante no dudó en inflar el pecho orgulloso. Me alegra mucho lo que dijo la hinchada de Cristal, ahora estoy en Cienciano pero llevo en mi corazón un inmenso cariño por el club que me llevó a la fama. Lo que expresaron fue algo espontáneo, sentí el respeto de la hinchada, ellos reconocen lo quehice por el club y si se excedieron con sus cánticos no se les puede criticar nada porque el hincha es apasionado y dice lo que siente. Me gustaría dirigir Cristal en algún momento, pero la verdad que a mi edad tengo pocas ilusiones, si algún día se da, en buena hora y si no le estaré siempre agradecido a ese club. Mi presente está en el Cusco, sostuvo el DT imperial. Sobre la victoria de su escuadra acotó: Jugamos de manera perfecta y no dejamos mostrar a Cristal lo que sabe, ellos tienen un equipo grande, y para ganarles debíamos jugar de igual manera, señaló.