1 Un solo delantero.
Desde que asumió el cargo la temporada pasada, Óscar Ibáñez utilizó un sistema 4-5-1, donde ataca con un solo hombre en punta. Esto limita el poder ofensivo de los cremas. El sistema no es el problema sino los elementos utilizados, puesto que la temporada pasada Raúl Ruidíaz, en algunos partidos, podría ingeniárselas y salvar al equipo; sin embargo, ahora el ariete es Germán Alemanno que pasa por un momento complicado de cara al gol y ante los ‘bloopers’ cometidos en 2014, muchas veces, prefiere asistir a sus compañeros, antes de definir frente al arco contrario.
Escribe Renato Landívar
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2 Una errada aplicación del fútbol total.
Ante el escaso plantel, Óscar Ibáñez trata equivocadamente de volver polifuncionales a sus dirigidos. Este es el caso de Ángel Romero, quien es ubicado de zaguero constantemente, cuando su verdadera posición es de mediocampista. Romero cumple de forma aceptable la función de defensa, no obstante, muchas veces falla en algunos conceptos cuando enfrenta a atacantes más experimentados, que terminan por complicar su labor. Otro caso es del joven central Horacio Benincasa, que ante Garcilaso fue usado de lateral izquierdo y terminó por facilitar los constantes desbordes de Joel Herrera y Marcio Valverde.
3 Volantes con el perfil cambiado.
En teoría, la idea es acertada, pero en la práctica limita su accionar. Alinear a Juan Diego Gutiérrez, diestro, por izquierda y Edison Flores, zurdo, por derecha limita el accionar de ambos. A los dos mediocampistas les cuesta definir las jugadas con su pierna menos hábil y muchas veces buscan su mejor perfil para rematar o centrar frente a la portería contraria. Esto facilita el trabajo a la defensa rival, que tan solo debe bloquear la derecha o izquierda (sea el caso) para controlar sus arremetidas. Esto fue visto con mayor frecuencia durante el encuentro ante León en el Monumental. Los cremas realizaban un rápido tránsito de defensa a ataque y servían para los volantes por las bandas, pero estos debían acomodarse para rematar con su mejor perfil, el contragolpe perdía total sorpresa y el golero rival era el único beneficiado.
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4 Sin posesión.
La principal falencia del equipo crema durante el encuentro ante Real Garcilaso fue la falta de posesión. La ‘U’ fue un equipo largo que careció de tenencia y solo atinó a atacar y defender sin la pausa necesaria que permita dosificar energías. Esto tuvo como único motivo la ausencia de Rafael Guarderas, quien dentro de la zona medular estudiantil es el temporizador. Sin embargo, inexplicablemente, ante los cusqueños pasó al banco de suplentes, cuando ante León por la primera fecha del Torneo del Inca y en los duelos de pretemporada fue uno de los elementos más destacados.
5 Ahogó a Grossmüller.
Hacer jugar desde el inicio al mediocampista uruguayo Carlos Grossmüller, en su primera incursión en una ciudad de altura, pasó factura al equipo merengue, ya que el popular ‘Maravilla’ ahogado por los 3367 metros sobre el nivel del mar nunca pudo desarrollar su mejor fútbol, y fue reducido con facilidad por los volantes de contención Edwin Retamoso y César Ortiz. La desaparición del volante charrúa disminuyó el poderío ofensivo de los dirigidos por Óscar Ibáñez, quienes terminaron padeciendo ante la ‘Máquina Celeste’ y padeciendo un humillante resultado.
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