Pena Máxima. Alegría máxima. Universitario es así, no sabe de términos medios. Porque cuando más urgía sacudirse de sus complejos, dejar la mezquindad, ser más atrevido, contra Melgar la crema lo fue. Y no importa cómo. Aunque la anécdota diga que cobraron cuatro penales y se marcaron tres, para dejarlos arriba, en la punta de la Liguilla B. Y fue de penal que comenzó la historia. Dieciocho segundos. El Sapito Pereyra engancha a Ruidíaz en el área y el juez Percy Rojas, sin titubeos, castiga. Solano la pone para su pie, pelota al lado izquierdo del arquero y el Monumental que explotó su alegría, pero dos minutos después... Pena Máxima. Centro de Hidalgo para el Cachete Zúñiga, Galliquio lo jala del pecho y de nuevo el juez Rojas no duda. Tiro de los doce pasos para el goleador rojinegro, mano izquierda de Raúl Fernández y el templo mudo otra vez. Apurado porque todos le achacaban la faltaba gol, el Cabezón tiró ayer en cancha a cinco delanteros, como para que no digan que se guardó nada, y el gol llegó... Acertó, no se equivoca, de pena máxima. Punto penal. Al minuto 9, Alva centra al área para la entrada de algún compañero, se cruza Paul Rodríguez y su mano corta la trayectoria del balón, Rojas pita y Solano por segunda vez convierte. Jugado al ataque, Alva, Labarthe y Ruidíaz ocuparon el área, mandando al sacrificio al mexicano Emmanuel Cerda, como volante por izquierda. En ese matar o morir, Ysrael Zúñiga de contra, recibió en callejón para quedar a mano con el arquero Fernández. Era el empate, pero Cachete, en un alarde de soberbia, intentó sombrearle y Supermán que ataja. Como la sábana corta que si te tapas la cabeza, te desnudas los pies, Yáñez superó la marca de Cerda y metió el servicio con destino a Salas, la tomó el 10 pero el Negro Galván le pegó en el tobillo izquierdo y penal. Cachete negado para la red, escoge el lado izquierdo de Raúl, patea y la pelota que revienta el parante ante la desazón mistiana. El Zorro Alva, Ruidíaz y Solano armaron entonces el tridente para buscar la victoria, Solitario Cachete, buscó resarcirse cada vez con más peligro en el área. Toñito Gonzales le aplicó un codazo, sin embargo, el árbitro Rojas ahora no lo vio; luego tocó el turno a Galliquio, quien lo trabó con sus piernas pero ya, la condena de los doce pasos se había agotado. La segunda etapa para uno fue alegría y para otros una pena. Máxima también. No lo dude. Al minuto 15, Universitario demostró que tiene argumentos para alcanzar la gloria. El chiquillo Raúl Ruidíaz, cantera de la U, marcó su primer gol con la camiseta de sus amores. Exhultante el Zorro, asistió a Ñol, pero éste con toda su experiencia tocó al pequeño atacante que giró, dio media vuelta y la clavó al poste izquierdo, allí donde no llegan nunca los arqueros. Para acabar con las penas y soñar con ser campeón.