En el círculo medio de la cancha del estadio Monumental, el ilustre Mario Vargas Llosa no era ya el Premio Nobel; era, más bien, un niño gozando de su club. Uno posando con la camiseta de su querido Universitario ante la emoción de miles de hinchas que, como él, asistían a la presentación de su equipo en el inicio de una noche mágica. Queridos amigos, agradezco con todo el corazón este homenaje que me hace el club Universitario de Deportes, asociándome como socio honorario. Para alguien que desde hace más de 60 años es un hincha de la U este es el más emocionante homenaje que podía recibir, dijo Vargas Llosa ante una multitud lista ya para el aplauso. Calichín crema Enseguida, con el tono entrequebrado por la emoción, enalteció a su equipo. La 'U' es un mito, una leyenda, una tradición, tras lo cual destacó que uno de los recuerdos más hermosos de su infancia fue ponerse la crema y defenderla, aunque sea en un partido de calichines ante Municipal. El Monumental estalló en palmas. Vinieron luego los bailes y enseguida la presentación del equipo. Pablo Vitti, Martín Morel y Johan Fano fueron los más coreados. La Noche Crema culminó con una lluvia de juegos artificiales y ansiedad por ver jugar al equipo.