Papito lindo de mi corazón, me siento orgulloso de ti, soy el doble tuyo y tú eres mi orgullo, mi héroe y me llenas de amor. Por eso Ñol, con sus manos a los costados, dedicó el gol a sus hijos Matías y Luana, y la victoria sobre Cienciano a toda la hinchada crema. Para que no haya duda en esta fecha, de quién es el papá. Por eso Ñol, con su tiralíneas en el pie derecho, al minuto 9 del complemento la cruzó para Orejuela, quien se metió en el área como una luz y fue derribado por Cabada, provocando el penal que el propio Maestrito ejecutó con su magia para abrir el camino de la victoria. Hasta antes de eso, el vertiginoso ir y venir de cremas y rojos tuvo como figuras a Renzo Revoredo (cambiado por una lesión a la muñeca) y José Corcuera para gestar las mayores posibilidades. Entregado uno al ataque y el otro al contragolpe, sembrando miedo en ambas áreas y equilibrados en intenciones, pero cobrado el penal, la expulsión del cusqueño Yoshiro Salazar por reclamarle al juez del partido fue en definitiva lo que inclinó la balanza. De allí en más, sólo hubo un papá en el terreno de juego y ese fue la U. A Universitario aún le quedaba mucho por celebrar. Y Labarthe también se hizo presente en el homenaje a papá. Extraordinario Galliquio quitó un balón, largando de inmediato la redonda para Gianfranco, quien sin pensar puso la punta del botín a la salida de Vegas y la clavó a los 21 del complemento al fondo de las redes. Sin reproche en la tribuna, era de justicia que Cienciano se vaya siquiera con un gol del Monumental. Por lo que hizo en la cancha y el esfuerzo de sus jugadores. A los 48, Chilavegas de tiro libre al palo izquierdo de Raúl Fernández sentenció el marcador: 2-1 a favor de los cremas, que si este miércoles derrotan a San Martín, chaparán la punta del torneo en solitario. OMAR DÁVILA CALIXTO