No debió hacerlo. Marcelo Trobbiani está en la picota. Sabe que le puede caer una sanción bastante severa por haber insultado y agredido a la terna de árbitros en el choque en que Cienciano empató con Aurich en Chiclayo, que ayer no tuvo más que mostrarse arrepentido y pedir disculpas. Todos cometemos errores. Yo lo cometí, así como el árbitro (Héctor Pacheco). El partido teníamos que haberlo ganado, pero nos dejaron con un jugador menos, eso condiciona al equipo y a uno lo indigna, se justificó el entrenador del equipo imperial ayer en Lima. Visiblemente más tranquilo, el técnico de los imperiales quiso dar la vuelta a la página de este penoso incidente referiéndose a quienes lastimó con su comportamiento el día domingo. Pido disculpas porque estaba muy caliente en ese momento, sabía que podía perder el partido con la expulsión (de Quintanilla) y por eso reaccioné asi. Sé que cometí una grosería, por eso reitero las disculpas, afirmó.