Cada palabra dejó tras de si un desgarro. Su mirada perdida en la nada, como antecedente a su monólogo personal, ahondó ayer la tristeza de Ricardo Gareca de decirle adiós a la U. No voy a contestar ninguna pregunta, no voy a responder a nada, simplemente les voy a decir que... bueno (tomando aliento), el vínculo mío con Universitario llegó hasta el fin. Agradecerle al club por todo lo que me ha dado, igual yo a los jugadores por todo lo que se han brindado. A los dirigentes que me contrataron y confiaron en mí, a toda la gente de Universitario que realmente me bancó en todo momento, en los más difíciles, descargó el Tigre emocionado. A Perú, donde realmente me sentí cómodo, por los momentos que me tocó vivir. Agradecido por el interés al problema personal (la muerte de su padre Alberto) que tuve a lo largo del año y por manejarse con respeto, eso es algo importante que valoro mucho, acotó. El vínculo con Universitario terminó y somos libres ambos de poder resolver el destino que queramos y bueno, Dios mediante voy a dirigir hasta los últimos partidos que se presenten (incluido un hipotético play off). Tendré que viajar a Buenos Aires este domingo para resolver un tema personal mío y bueno, se presenta este último partido de Universitario para dirigir, y de haber algo más, lo asumiría también. Dimos todo lo que pudimos dar, entramos a dos Copas: una Sudamericana y una Libertadores, se ganó un torneo (Apertura), no alcanzó hasta el momento para el objetivo que se tenía trazado, hemos dado un buen resultado al club, pero creo que llegó el momento de tomar caminos distintos.