Una vez más, Juan Reynoso sigue viendo sombras. Esta vez volvió a ordenar cierrapuertas a la prensa. Pero eso no es todo. También mandó a desplegar un contingente de seguridad por los alrededores de Campo Mar, so pretexto de que alguien haga click y, según su política, arruine su trabajo táctico. Así, la prensa prácticamente estuvo atada de manos para realizar su trabajo, siendo el único perjudicado el hincha, que desea saber qué ocurre en el equipo de sus amores, que marcha en el primer lugar del grupo B de la Liguilla. Al final de los trabajos, los jugadores, uno a uno, salieron raudos en sus automóviles sin prestar ningún tipo de declaración. Ante la insistencia, algunos, que prefirieron mantenerse en el anonimato, sólo atinaron a decir que por favor, no podemos hablar porque sino nos van a multar. Qué podemos hacer, acá el que manda es el profesor Reynoso, no hay más qué decir, coincidieron.