Sporting Cristal y Melgar empataron sin goles en los 35 minutos restantes que se djugó hoy en estadio Mariano Melgar de Arequipa a puertas cerradas luego de que ayer el árbitro Miguel Santiváñez se viera obligado a suspender el encuentro por actitudes violentas por parte de los hinchas.
Con este resultado, los celestes acumularon 62 puntos, mientras que los arequipeños sumaron 43 unidades.
La crónica del partido hasta el minuto 55
Una raya más al tigre. Otra vez la estupidez de un hincha origina que el fútbol peruano vuelva a hacer noticia a nivel internacional por hechos extradeportivos.
Se jugaba el minuto diez de la parte complementaria del partido entre FBC Melgar versus Sporting Cristal y una piedra arrojada desde la tribuna Oriente casi impacta en la humanidad del jugador celeste Eduardo Uribe.
El juez Miguel Santiváñez no lo pensó dos veces y decidió suspender el compromiso, que, según las bases, se jugará hoy a puerta cerrada, en la misma cancha (Mariano Melgar), a las 12:00 del día.
"A veces ni nosotros mismos entendemos qué pasa, el fútbol es un espectáculo, la violencia no debe existir, paren con esto", se quejó Leao Butrón, mientras apuraba el paso al vestuario.
Cabe señalar que al final del primer tiempo, camino al camarín, el juez de línea Víctor Ráez fue alcanzado por un proyectil. Se pensó lo peor por los gestos del agredido. Al instante llegó un amago de suspender el cotejo por Santiváñez. Luego Ráez fue atendido en el entretiempo y se decidió que la función debía continuar.
Antes, en los primeros cuarenta y cinco minutos, el partido se caracterizó por la excesiva pierna fuerte de los protagonistas. Cristal quiso encimar al dominó. Para ello, Vivas mandó un equipo agresivo. Lobatón era el eje en la zona medular, mientras por las bandas Chiroque y Calcaterra hacían el ida y vuelta. Mientras que en la ofensiva, Junior Ross y José Carlos Fernández luchaban todas las pelotas con los zagueros locales.
Melgar intentó a través del talento de Hilden Salas y las arremetidas de Antonio Meza Cuadra, pero el fútbol es un deporte colectivo. Sin los argumentos, sin el libreto aprendido (como se mostraba el local), era poco lo que podía ofrecer el equipo de Franco Navarro.
A estas alturas, el árbitro Santiváñez ya había sacado cinco amarillas y sobre el minuto 44 el defensor rojinegro Federico García se fue expulsado por agredir a Zlatan.
La gente en el estadio Mariano Melgar empezó a ofuscarse. Y enfilaron sus críticas contra los hombres de negro. "Siempre nos hacen lo mismo", gritaban los aficionados.
Llegó el fin del primer tiempo y, de paso, el primer acto de violencia con la agresión al línea Ráez.
En la etapa final, el ánimo seguía caldeado. Para entonces. Claudio Vivas había mandado al terreno de juego al Cholito Ávila. Cristal se mostraba con más oficio, rotando el balón con inteligencia y asustando a los arequipeños.
Melgar intentaba crear peligro a través del contragolpe a pesar de su condición de local. Hasta que llegó el minuto 55. El rimense Lalo Uribe fue a buscar una pelota por el sector Oriente y una piedra pasó cerca su rostro. Miguel Santiváñez observó la escena, corrió hacia el lugar y decidió suspender el compromiso por falta de garantías. Y todo llegó a su fin. Ayer en Arequipa perdió el fútbol. Goleó la violencia. Sin palabras.