Sporting Cristal tiene a su ‘Charapa’ y se llama Renzo Garcés. El defensor nació en Pucallpa, tierra calurosa de la selva peruana, donde aprendió a jugar fútbol en la pista y descalzo. En conversación con EL BOCÓN, el refuerzo celeste contó detalles de su vida personal, reafirmó sus ambiciones con el cuadro ‘cervecero’ y prometió que aprenderá a manejar autos tan bien como lo hace con las motos. Aquí la nota.
ESCRIBE: ROGGER FERNÁNDEZ
¿Listo para iniciar una nueva aventura con Cristal?
Sí, estoy feliz de volver a Lima después de unas vacaciones con mi familia. Vengo con nuevas fuerzas, renovado. Ahora con una nueva oportunidad de jugar en Cristal y dando siempre las gracias a Dios por todo lo que me pasa.
¿Fue difícil aceptar la oferta celeste?
No fue difícil porque es una institución seria, que sabe lo que quiere y trabaja bien.
¿Cómo te caracterizas dentro del campo?
Soy un jugador al que nunca le gusta perder y ante los diferentes resultado yo siempre daré el 200% de mí. Me gusta tener la pelota y salir jugando bien.
Te tocará pelear un puesto en la zaga...
‘Chemo’ ya me conoce y yo lo conozco del año pasado. Sé lo que él va a querer y yo vengo a luchar un puesto. Sé que los titulares son Abram y Cazulo y yo llego a tratar de aportar al equipo. Este año quiero consolidarme, dar todo de mí y hacer un buen papel en el campeonato.
¿Te defines como un defensa con voz de mando, que le gusta ‘guapear’ o ‘rascar’ al delantero?
La verdad es que la confianza del año pasado me ayudó más a poder hablar en la zona defensiva. Me gusta ir a apretar al jugador habilidoso, salir jugando y dejar huella; pero, ojo, siempre sin mala leche.
¿Cómo inicias en el fútbol?
Jugué segunda en Pucallpa con 11 años y enfrenté a mayores de edad. Eso me ayudó mucho a siempre dar todo de mí y no tener miedo porque hay jóvenes a mi edad que ‘arrugan’ como se dice. Yo no soy así, siempre me gusta dar todo de mí y eso ha sido algo importante en mi carrera. Luego pasé a la selección de Pucallpa, después la selección de Ica me llamó como refuerzo y vine a jugar un campeonato a la Videna. Allí me jaló San Martín y es allí donde me inicié en Lima.
¿En Pucallpa pateabas balones suavecitos o los que habían?
Lo que había nomás. Con tal de que rueden, normal. Siempre me gustaba jugar al fútbol con los amigos del barrio. Salía temprano de mi casa a pichanguear varias horas y luego volvía de noche.
¿Jugabas pichanga en la pista y con sandalias como todos?
Claro, como todo niño. Jugábamos en la calle con los amigos y a veces sin sandalias. Andábamos descalzos e igual la movíamos.
¿Y también te animabas a hacer lujos o nada?
Ja, ja, ja. No le entraba a eso. Siempre he sido un jugador al que le gustaba tener la pelota, no tanto de llevar y patear. Me gusta más jugar y tocar.
¿Qué hay en Pucallpa que no encuentras en Lima?
El calor que se siente allá es distinto a este. Pero ya me acostumbré. Igual se extraña la tierra; pero sé que es por algo bueno, por mis sueños y poder cumplirlos. Este es el esfuerzo que uno hace cada día en Lima.
¿Y allá hay más motos que en Lima o no?
Sí, olvídate. Allá abundan demasiado.
¿Sabes conducirlas?
Sí, eso sí. No me preguntes si sé conducir autos porque ahí si pierdo. Ya más adelante si Dios quiere me tocará aprender, lo prometo. Poco a poco se darán las cosas y que sea lo que Dios decida.
¿Eres de los que tienen cábalas antes de cada partido?
No, yo siempre todo lo que hago lo dejo en manos de Dios. Todas las cosas de este mundo son pasajeras y con él todo lo que hago es confiado y seguro.
¿Cómo te describes fuera del campo?
Tranquilo. Soy cristiano. Paro todo el día en mi casa, no me aburro. Soy una persona que está en su casa tranquilo y ya. No soy de salir un fin de semana con los amigos. Soy más hogareño.
¿Qué mensaje le das al hincha celeste?
Voy a dar todo de mí para que el equipo pueda conseguir más títulos.
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— Diario El Bocón (@elbocononline) 3 de enero de 2017