En el fútbol actual los pergaminos quedan al margen cuando el sacrificio impone condiciones. Bajo esa premisa, Sport Huancayo despabiló el ánimo de un jactancioso bicampeón que esperaba salir airoso en su retorno al Descentralizado, y terminó estrellándose en una cruda realidad, empatando 1-1 ante un corajudo elenco huancaíno y relegó dos puntos vitales en su lucha por alcanzar los puestos de vanguardia. De golpe, los santos se mostraron insinuantes y a los 9 lograrían la ventaja gracias a un cabezazo de Pedro García, tras centro de Arzuaga. Herido en su orgullo, y apoyado por su gente (habían más huancaínos que limeños en el estadio), los visitantes se volcaron por el empate. Los roles se intercambiaron y fueron los rojos quienes practicaron ese fútbol vertical y de buen toque, característico de San Martín. Así, a los 20, lograrían la igualdad gracias a una bolea perfecta de César Ortiz, quien infló las redes de Butrón. El regreso del Pepe Díaz lo señalaba como el conductor santo, pero su intrascendencia y disminuido resto físico sepultaron las aspiraciones del Chino Rivera y compañía. En el complemento, ni la inclusión de Cejas alcanzó para cambiar la historia. Huancayo apostó por un contragolpe infructífero, pero su falta de efectividad le perdonó la vida a los albos, que al final se fueron renegando, culpando al receso por su mala fortuna, sin darse cuenta que la falta de compromiso de algunos de sus integrantes echó por tierra sus aspiraciones. JOSÉ TORRES ORELLANA