A despecho del respaldo verbal del vicepresidente crema Jaime León a Juan Reynoso, como mandan las viejas sentencias del fútbol, sólo los resultados mantendrán en su sitio la cabeza del entrenador. En razón que el objetivo ineludible es campeonar en el torneo 2009, luego de una sequía de nueve años, la directiva del club ha permitido en silencio todos los caprichos del Cabezón, aún cuando eso signifique pelearse y maltratar a la prensa deportiva, ejercer presión sobre sus jugadores para limitar su contacto con los medios de comunicación, además de costear costosas concentraciones en momentos que no tienen recursos económicos para pagar los sueldos al plantel y les adeudan setiembre y octubre. Tras perder los 8 puntos de ventaja con los que la U clasificó a la Liguilla B y quedar a dos de Sport Huancayo, en caso Reynoso pierda esa distancia y sea sobrepasado por los huancaínos, la decisión será despedir al entrenador y de ninguna manera repetir la misma historia de Ricardo Gareca, a quien por haber logrado el título del Apertura 2008 lo aguantaron en el cargo, a pesar de los malos resultados. Por eso, esta sétima fecha contra Melgar, en el Monumental, acontece decisiva para el comando técnico crema, para continuar manteniendo o extender la ventaja con Sport Huancayo, ya que luego vienen cinco partidos consecutivos en Lima para los merengues.