Paolo Guerrero llegó ayer hasta un centro histórico de la Trinchera Norte en Pueblo Libre, donde regaló cariño y hasta hizo de Papá Noel, entregándole juguetes a los pequeños hinchas de Universitario.
Una vez más quedó demostrado que el fútbol une a los hinchas, sobre todo en una fecha tan especial como la Navidad, en la que el Depredador, demostrando su calidad humana, llegó hasta el Kubil, donde decenas de niños con polos de Universitario esperaban al delantero del Corinthians y al verlo llegar, la emoción los desbordó.
"Paolo te queremos", "Gracias por venir a celebrar el título 26 de la U con nosotros", decían algunos, a lo que el atacante, confeso hincha de Alianza Lima, respondía con sonrisas.
Uno a uno fueron desfilando los niños quienes abrazaban y no querían despegarse del ídolo del fútbol peruano, quien hasta se tomó algunos minutos para jugar con los más pequeños, para luego pasar a la ronda de las fotos del recuerdo, donde la cola era interminable. Y con una paciencia digna del aplauso, Guerrero sin apuro atendía a cada menor que cumplía su sueño al estar al lado de uno de los máximos referentes del fútbol peruano en estos momentos.
Paolo Noel
Paolo Guerrero llegó en un bus hasta el Kubil, donde el estrado estaba armado exclusivamente para su presencia. El delantero se acercó a los hinchas merengues y les regaló desde juguetes, hasta bebidas rehidratantes, pelotas y diversos artículos que tantos niños necesitan para pasar unas fiestas llenas de felicidad e ilusión.
"Disfruten las fiestas y que la paz reine en sus hogares", alcanzó a decir Paolo a los niños, quienes no podían creer lo que estaban viviendo.
Fueron casi 30 minutos llenos de pasión y euforia. Parecía imposible terminar de darle regalos y entregar ese cariño popular que tanto ha identificado al jugador.
Sin embargo, su misión de llevar alegría a otros distritos tenía que continuar, por lo que el delantero de la selección se despidió entre un mar de aplausos y la promesa de volver el próximo año.