La sensación de que el hombro izquierdo salía otra vez de su lugar, hace temer a Francisco Bazán no volver a jugar fútbol. Ayer lo sometieron a una resonancia magnética y el arquero lo sufre en el alma. "El domingo por la noche el dolor que tenía en el hombro era tan grande que hasta los dedos se me paralizaron. Esta lesión la tengo desde los 16 años y siento mucha rabia. Yo he tapado toda mi carrera con una mano y nadie reconoce eso. Tengo miedo de no volver a jugar", sostuvo el golero crema. "Sólo estuve seis minutos en la cancha y mucha gente dice que soy el peor arquero, nadie sabe lo que pasé para ser profesional. Quiero recuperarme, no sé cuánto tiempo me cueste, pero quiero regresar para demostrar que no me van a tumbar", añadió. Luego comentó que su familia está destrozada por su lesión y las críticas que ha sufrido. "Lo que me han hecho es maldad", culminó.