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Como aquel abrazo fervoroso que le das a tu madre, que siempre recordarás, Pablo Lavandeira abrazó a sus compañeros en el gol que le marcó el sábado a Sporting Cristal. El volante de Municipal fue el mejor jugador de la fecha 10 y habló en exclusiva con EL BOCÓN.

Escribe Renzo Dulanto
(Twitter )

¿Dedicaste el gol a Cristal a tu madre?

Sí, mi mamá vino por 15 días. Ella se enamoró del Perú como yo, le ha encantado. Ella, mi hermana y mi sobrina son las que me inspiran a hacer bien las cosas. A mi madre le dediqué el gol del sábado, pero ellas son mi fuente de inspiración.

¿Cómo anda ‘Muni’ con el nuevo técnico?

Bien. Fue un golpe difícil que saliera Francisco Melgar porque es una persona que se hace querer rápidamente, pero el equipo se supo rehacer y hoy está en una muy buena situación. Con Marcelo (Grioni), la dirigencia nota que viene haciendo muy buen trabajo y entró muy fácil al grupo.

¿Con qué equipo de Uruguay compararías a la ‘Franja’?

Con Rampla Juniors porque es un equipo muy de barrio, muy de pueblo. Sé que Municipal pasó por un mal momento, jugó en Segunda y ahora Rampla está así. Es un equipo de los más viejos de Uruguay y tienen hinchas de 100 años (risas).

¿Cuántos tatuajes tienes?

Tengo siete, este de acá (el de su brazo izquierdo) es un maurí; los maurí son una tribu indígena neozelandesa que por lo general se tatúan por el rango dentro de la tribu; no tiene ningún significado para mí, simplemente me gustó y decidí hacérmelo.

Es enorme, ¿cuánto se demoraron en hacerlo?

Dos meses. Es que me le hizo un amigo y como todo amigo no te cobra a veces, y me lo hizo en unas cuantas sesiones. Incluso una parte del tatuaje me lo terminé de hacer en Uruguay, porque me lo empecé a hacer en Chile.

Te has enamorado del Perú, ¿pero también de alguna chica?

(Risas). Vengo en un plan de conocimiento, pero sí hay alguna persona que como te digo la estoy conociendo.

¿Qué error es el que más recuerdas?

Con 21 años llegué al fútbol chileno, no la pasé bien y mi arrogancia me hizo pasarla peor. Era un muchacho que creía que me llevaba el mundo por delante y que nadie podía decirme nada, y eso hizo que al año de contrato dejara una mala imagen y me tuve que volver a Uruguay.

¿Cuál es tu máximo sueño?

Tener la posibilidad de jugar en Europa y vestir la camiseta de la selección uruguaya.

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