No va más. Se cansó de tanto desencanto, de tanto insulto y amenazas del Extremo Celeste, de tanta derrota (4 consecutivas) y de más de los mismo. Juan Carlos Oblitas no quiere ser parte del problema en Cristal, es más, pretende con su decisión, ser la solución para cambiar esta historia de malos resultados en el Descentralizado. Ante este panorama, el Ciego se decidió a decirle a los directivos del club celestes que prefiere dar un paso al costado de inmediato, pese a que este miércoles deben enfrentar en Chiclayo al Juan Aurich. Para el Ciego fue suficiente la derrota ante Melgar el último sábado en el San Martín. Antes el cuadro cervecero había tenido otra tres derrotas consecutivas, casi igual de dolorosas. Y entonces ya no tuvo argumentos para sostenerse en el cargo. Horas después del choque con el dominó, Oblitas les dijo a los dirigente que no iba más. Ayer, tras susperar la conmoción que les produjo la noticia, aquellos trataron de que el técnico cambie de opinión y hasta se reunieron con él para que cambie su posición. Sin embargo, nada fue posible. El Ciego se quiere ir de todas maneras, aunque han quedado esta mañana en reunirse otra vez. El plantel celeste ayer hizo un entrenamiento en La Florida y Oblitas nunca se apareció. Sólo estuvo su hijo Fernando, el preparador físico Rubén Solé y los demás componentes del comando técnico. A esa cancha llegó el dirigente Luis García y habló con los jugadores. Les contó lo que está sucediendo y ellos le pidieron que no le acepten la renuncia. Pero, el Ciego ha decretado ya su propia muerte, aunque para ello ha recibido muchos empujones hacia el abismo. Él mismo les ha dicho a los dirigentes que ya no es el técnico de Cristal, sino el ex.