Toda la semana estuvo de mal humor. Primero, porque sus pupilos fueron ampayados con cerveza en mano. Y ayer, por culpa del árbitro y una mano negra que no quiso identificar, pero que jura sabe quién es. Juan Carlos Oblitas echó bilis en Arequipa y su cólera se llevó a Lima. Me deja una enorme duda el gol que le anulan al Vagón Hurtado y también la expulsión de Lobatón, ese tipo de situaciones en cualquier otro partido pasan inadvertidas, protestó el Ciego cuando se iba a camarines. Estoy cansado de que estos problemas nos perjudiquen. El asistente Luis Ávila siempre nos amarra partidos, e incluso antes del encuentro nos advirtieron que nos cuidáramos de las expulsiones, insistió en quejarse. Oblitas no quiso frenar su cólera y siguió pa adelante. Como Cristal es un equipo que nunca reclama sobre la actuación de los árbitros, nos cobran de todo, concluyó, no sin antes recordar, que su equipo tendrá muchas ausencias ante Aurich, el miércoles. Arequipa | hernán valencia