El arreglo floral que llegó a nombre de sus compañeros de equipo y comando técnico blanquiazul hablaba del apoyo incondicional que le brindaban a Donny Neyra por el sensible fallecimiento de su madre, doña Bertha Ferrada, producto de un derrame cerebral. El golpe ha sido muy duro para el último de sus hijos, que ahora defiende la camiseta de Alianza Lima. Ni siquiera el abrazo de su amigo Salomón Libman, que llegó al velorio, pudo amenguar la pena y el dolor que sentía Donny, quien trató de mantener la calma, pero no podía contener las lágrimas por la autora de sus días, que ya no estará más físicamente a su lado. "Con Donny Neyra nos conocemos desde chiquitos, por eso vine a darle mi apoyo moral. Es doloroso pasar por este momento, pero él sabe que tiene en el equipo a sus amigos que lo van a apoyar. Por eso, el partido del martes ante Juan Aurich será para él, porque se lo merece", comentó el arquero aliancista. Conforme avanzaba la noche, familiares, amigos, compañeros de equipo e hinchas llegaron hasta el Centro Comunal número 2, en Ciudad del Pescador, en el Callao, para acompañar al volante aliancista y darle el pésame. Donny Neyra, que por la mañana estuvo ausente en los entrenamientos del equipo blanquiazul, se mantuvo alejado de los periodistas y no abandonó el lugar donde velaban los restos de su madre, que dejó de existir a la edad de 57 años. Hoy serán sepultados los restos de doña Bertha Ferrada (no se informó del campo santo), pero Donny no estará solo. Sus compañeros de Alianza Lima prometieron acompañarlo para que sienta que no está solo.