El ímpetu que demostraba en cada pelota dividida, el pundonor al poner la cara en toda jugada y el corazón que le metió a cada partido hicieron que Nelson Olveira se convierta en un referente de Alianza Lima en los años 2002 y 2003.
Escribe desde Uruguay Renzo Dulanto
Llegó casi a ser un ídolo para los hinchas aliancistas, ya que realmente fue uno de los caudillos en el campeonato logrado en 2003, año en que José Soto y él conformaban una zaga central de ensueño para cualquier equipo.
Olveira llegó hasta la concentración de la selección Sub-20 para inyectarles justamente ese coraje a los pupilos de Víctor Rivera y así puedan recuperarse de cara a la clasificación para el Mundial de la categoría. El ‘Canario’ conversó con EL BOCÓN y recordó su paso por el cuadro íntimo.
¿A nuestras selecciones menores les falta algo?
Yo miraba los juveniles de Alianza cuando jugaba allá. La diferencia entre Perú y Colombia es que ellos son punzantes. Tienen que perder el miedo de decir: “Uy, juego con Uruguay, juego con Argentina”, porque cuando pierdan ese miedo ahí va a crecer mucho Perú. Lo que haces con la cabeza no lo haces con las piernas y lo que haces con las piernas no lo haces con la cabeza.
¿Pero cómo ves a nuestra actual selección Sub-20?
Hoy la selección de Perú tiene una buena cabeza de grupo, que es el ‘Chino’ (Rivera). A Perú le falta el gol, si le haces un gol de entrada a los equipos grandes les va a costar mucho lograr el empate. Desde chicos se les tiene que ensañar que se tienen que acostumbrar a ganar.
¿Qué recuerdos tienes de Perú?
De la gente de Alianza y de Perú, en general, tengo gratos recuerdos. En Alianza salí campeón, estoy en el corazón de los hinchas y todavía me llama la prensa de allá para hacer notas.
¿Quiénes son hasta ahora tus amigos?
Amigos tengo a Gustavo (Roverano), Mario Mendaña, José Soto, Jayo, al ‘Pato’ Quinteros, al ‘Chicho’ Salas, a Johan Fano, tengo un montón. Y estoy con los oídos abiertos de que me suene el teléfono para poder ir a dirigir al Perú.
Entonces, tienes muchas ganas de regresar…
Si me dicen para ir a dirigir a Perú claro que iría, porque conozco el medio. Si no lo conociera, no voy.
Sí, lo sé, pero lo que más me gustaría, sin faltarle el respeto a los que están trabajando, es dirigir a los chicos de la Sub 20 y Sub 18 de Alianza Lima o de la San Martín. Esa edad, porque ahí es donde tienes la forma de llegar al jugador para hacerle ver las metas y hacerlo madurar. Más adelante sí apuntaría a dirigir en Primera. Acá dirigí un año en Primera División y hasta el año pasado dirigí una Sub 18.
En estos momentos no hay técnico en la selección mayor. ¿Cuál debería ser el perfil del nuevo DT?
Creo que va todo con la mentalidad. El fútbol de hoy no juega con nombres y tampoco pasa por los técnicos. Lo que pasa es que hoy juega mucho la amistad, pero si por amistad agarras un equipo, si te botan, te botan a ti y van a quedar los 11, 22 o 30 jugadores que hay.
¿Y cuáles son los problemas con los jugadores y técnicos en nuestro país?
Yo a los muchachos les diría: “¿Quieren quedarse en Perú, sin desmerecerlo, o quieren jugar en Europa?”. No hay que ser tan angurriento. Queremos traer a Maradona por 20 millones de dólares y quizás no te lleva al Mundial. Y quizás pones al ‘Chino’ (Rivera) en mayores y te lleva al Mundial. La mentalidad ganadora la tiene que tener el de arriba, el de saco y corbata, y hay que olvidarse de la amistad técnico-jugador.
¿Qué papel puede hacer Alianza Lima en esta Libertadores?
Alianza Lima con el técnico que tiene, que es muy capacitado, si ha contratado buenos jugadores puede hacer una buena Libertadores. Para ese torneo tienes que traer jugadores, sin faltar el respeto a los de casa. Los demás equipos se refuerzan todos para jugar una Libertadores, desde el más chiquito al más grande.
¿Cómo ves el fútbol de hoy?
El fútbol no es una guerra, pero el que está al frente también se quiere llevar la plata, uno juega por plata, sea mucha o sea poca, el fútbol es por plata, y yo no quería que el rival se la llevara, me la quería llevar yo, y es así como vas creciendo y empiezas a dejar todo en el campo en todos los partidos.
¿Alguna anécdota en Alianza que recuerdes?
Seguro, muchos se van a acordar que cuando fuimos a jugar ante Cobreloa, nos estuvieron esperando como 15 barras brava. De pronto, yo volteo para atrás y veo a varios de mis compañeros ahí escondiéndose en sus capuchas. Fue jodido, nos moríamos de miedo.
¿Y qué es lo que más extrañas de Perú además de lo futbolístico?
La comida, papá, el cebiche, obviamente (risas).