La nota diferente en el entrenamiento crema la puso el heredero de "Ñol". El pequeño Matías Solano, que a diferencia de su ilustre papá, es zurdo de antología y aunque tiene 7 años, ayer demostró que lo que se hereda no se hurta. Tras ser arropado por Nolberto, el "Mati", su hijo mayor (la segunda es Luana), no encontró mejor forma de divertirse que jugando con un balón. Tras recibir el permiso de su papá, se puso a jugar primero con el preparador Eusebio Flores, luego con el "Negro" Galván y después con el mismo "Cabezón" Reynoso, que asintió: "Va jugar mucho mejor que su padre", y no se equivocó. Con su pequeñita zurda, en cada toque le dio un efecto inusitado al esférico, y aunque ni él mismo se dio cuenta, la sonrisa de todos premió su talento. Al final del entrenamiento, Solano abrazó orgulloso a su heredero para llevarlo a casa. Algunos dijeron, con la emoción, que puede seguirle la huella.