Víctor Marulanda vistió la camiseta de Alianza Lima en la temporada 97 y se dio el lujo de salir campeón con el elenco blanquiazul luego de 18 años de ausencia.
Quien no recuerda a Víctor Marulanda, él jugaba de defensor central y llegó a la Victoria cuando tenia 26 años. Su contratación fue por pedido de Jorge Luis Pinto a Alianza Lima. Quienes lo conocen al futbolista colombiano confiesan que era disciplinado. Además,llegaba temprano a los entrenamientos. Dentro de sus características de juego comentan que se ubicaba bien dentro del área, no pegaba tanto y tenía buen juego aéreo.
Entrevista: Jean Pierre Maraví
¿Qué significa para usted haber vestido la camiseta de Alianza Lima?
Es un orgullo para mi poder haber llegado a una institución que me brindó muchas cosas positivas en el crecimiento profesional, personal. Después de 18 años logró conseguir cosas importantes tras ganar Apertura y Clausura. Eso lógicamente era muy importante. Fue uno de los momentos más felices de mi vida.
¿Qué recuerda de aquél título 97?
Yo creo que se debe hacer un recordatorio de todo lo que se vivió ese año. De las situaciones que se vivieron al interior del camerino por ciertos cambios que hubo de direccionar al equipo del profesor Jorge Luis, inculcando temas de valores y principios. Una manera de entrenar que en parte considero que fue novedosa en cuanto a su metodología para el club. A nivel táctico y estratégico hubo un crecimiento que ayudo a que el equipo logre las cosas. Algunos les costó más que otros, pero al final entendieron que el camino para lograr cosas importantes era la dedicación y el profesionalismo. Ver la alegría de la hinchada vale más que recordar el momento cuando estábamos dando la vuelta olímpica. Es contar la historia de un año que fue importante para todos nosotros.
¿Qué otra cosa nos puede contar de su experiencia de haber estado en Alianza Lima?
Hay temas de camerino que uno lógicamente no cuenta. Ese año que estuve en Lima fue extraordinario. Fueron momentos muy importantes. Al final es el reconocimiento a la hinchada por todo lo que me hizo vivir durante mi estadía en Alianza Lima.
¿Algún anécdota en Alianza?
Las concentraciones en el estadio era algo nuevo para mí y recuerdo con mucho afecto a las personas que nos atendían. La primera vez que concentré en la habitación me encontré con dos pericotes y la verdad que me llevé un susto (risas), pero me quedó con los afectos de las personas que nos servían el desayuno, almuerzo, ya que nos daban mucho afecto.
¿Qué siente que lo consideren en el once ideal de Alianza Lima?
Para mi es un orgullo que te recuerden después de tantos años. La verdad lo que viví en Alianza fue muy importante, ya que hay chicos que querían vivir el triunfo. A Alianza le debo muchísimos temas y la misión que tiene sus directivos es consolidarlo no solo siendo protagonista en el fútbol peruano sino a nivel internacional. Detrás de esa marca hay mucha que lo sigue.
¿Te hubiese gustado estar más tiempo en Alianza Lima?
Por supuesto que sí. Lo que pasa que el dueño de los derechos deportivos, Atlético Nacional y en ese momento un jugador muy importante salía al extranjero. Ese futbolista era Iván Ramiro Córdoba que fichaba por San Lorenzo de Argentina y en su momento el entrenador quiso que regresará. A pasado todo este tiempo extraño la institución, la quiero y lo único que tengo es un agradecimiento. Alianza Lima representa una marca importante en Sudamérica y me quedó corto en el tiempo que uno estuvo.
¿Cómo ve la experiencia que le puede otorgar Miguel Ángel Russo como técnico de Alianza Lima?
Es un técnico por lo que pude observar a la distancia es que tiene un buen camerino. Creo que su parte socio- afectiva con los jugadores es muy buena. Considero que sus equipos en la parte futbolística son aplicados con conceptos claros. Equipo rápido que explotaba siguiendo un poco las virtudes de los jugadores colombianos con su potencia y velocidad. Millonarios se volvió un equipo muy dinámico. Considero que ahí marcó la diferencia en el fútbol colombiano. En el fútbol peruano hay características similares, donde el jugador peruano tiene una capacidad para resolver jugadas en el espacio reducido. Ojalá que el profesor Russo le pueda sacar todas esas virtudes al jugador peruano.