La mañana de ayer en Matute tuvo un matiz opaco. La molestia de algunos por quedar fuera del once titular copero agitó la calma que suele rondar la práctica victoriana. Y es que la desazón de Salomón Libman tras haber sido excluido (sin previo aviso) del equipo que arrancó las acciones ante Estudiantes, sigue mortificando el ánimo del buen golero aliancista. Por un lado un Georges Forsyth, de semblante alegre por su retorno a los maderos, imponía su presencia en los trabajos extras de los guardametas grones. El otro lado de la moneda era "Yuyo" y una evidente molestia por lo sucedido en Argentina. Sin ganas de nada y buscando una explicación a lo inexplicable, Libman renegaba de su suerte. Refunfuñando por su infortunio evitó cruzar miradas con Forsyth y se enfrascó en un extenso reclamo al preparador físico Alexis Cortés. Al final se retiró en silencio, pisó a fondo el acelerador y dribleó a la prensa. Sin embargo, horas más tarde se dio tiempo para contarle su verdad a EL BOCÓN. "Todos saben qué es lo que pasa, pero nadie quiere decirlo. Las cosas están claras en el equipo y ya cada uno debe sacar sus conclusiones. Hay cosas que molestan y ya lo hablé con el profesor Costas, así que sólo me queda trabajar duro para demostrar lo que valgo. No puedo hacer más", manifestó Salomón, buscando que la justicia llegue al pórtico blanquiazul.