Los puntos sobre las íes y una reunión con total franqueza fue la terapia perfecta para que el plantel aliancista sincere sus problemas y se haga fuerte para acabar la mala racha. Ayer, reunidos en el vestuario antes de empezar la práctica, jugadores y cuerpo técnico buscaron hallar explicación al pésimo presente. Una charla breve pero intensa permitió a los blanquiazules soltar las tensiones y desnudar los problemas que invaden la interna victoriana y que los trae de tumbo en tumbo desde hace tres partidos. Había que hablar para expulsar los demonios y Gustavo Costas la hizo de sicólogo. "Tuvimos una conversación antes de empezar a entrenar para aclarar los problemas que afectan al grupo y que nos hacen perder los partidos. La situación no es tan grave como se dice, sólo llevamos tres partidos perdidos, pero estamos a tiempo de revertir la situación", señaló Georges Forsyth. Expulsados los demonios el ambiente cambió y la alegría afloró en medio de la tristeza, porque Alianza quiere levantar y está dispuesto a todo.