Las consecuencias de este abrupto remate son devastadoras para los sueños y afanes políticos de la actual directiva. Ni dinero, ni nueva sede social, ni súper equipo, ni reelección para el 2010. La idea de los dirigentes cremas era lograr una nueva zonificación para vender y concesionar Campo Mar. Con el cambio de agrícola a comercial, cada metro cuadrado de Campo Mar hubiera costado unos 100 dólares y no 10 como vale hoy. Así pretendían concesionar 5 kilómetros que dan hacia la Panamericana Sur y vender los diez restantes rumbo a la playa, para con eso pagar a la SUNAT una buena parte -no todo-, fraccionando la diferencia, e invertir 3 millones de dólares para la sede social y otros 3 millones más para hacer un súper equipo el 2010. En el entendido de que esta directiva ya consumió todo el dinero por los derechos televisivos del 2010, no tienen patrocinador para el pecho y deben a muchos acreedores, ahora el panorama es sombrío.