Los jugadores, en la cancha, tratan de disfrazar el difícil momento que vive el club. Los líos dirigencias no dejan que Alianza trabaje en paz, los problemas económicos están a la orden del día y todo eso podría traer abajo los cimientos de la institución blanquiazul. Por ejemplo, con la venta de Jéfferson Farfán, del PSV al Schalke (a Alianza le correspondía el 15 por ciento de la operación), el club recibió 875 mil euros (más de un millón de dólares), que sirvieron para que Guillermo Alarcón renueve contratos y asegure a los nuevos refuerzos. De esta forma, la planilla del equipo blanquiazul (245 mil dólares) en lugar de reducirse, se elevó. Todo esto ha generado una nueva preocupación en la directiva que preside Alarcón, pues no sabe cómo hará para pagar la planilla de la próxima temporada. El dinero que recibió Alianza Lima por los derechos de formación de Jéfferson Farfán ya se gastó, por lo que el presupuesto del 2010 ya empezó con un gran déficit.