Cuando Juan Carlos Oblitas dijo que se iba, no lo decía con esa rigurosidad de estar convencido, como lo pregonó unas semanas atrás, criticando a otros técnicos que seguían al mando de sus equipo, después de amagar una salida. Bastaron algunas palabras de la dirigencia rimense, que al parecer le trasladó el pedido de sus jugadores, que no lo querían lejos de La Florida. Por eso, ayer volvió al Rímac y se quedará para cambiar esta historia de derrotas y malos partidos con la celeste. La jornada empezó a las 9:00 a.m., pero antes de trabajar el directivo Alfonso Grados Carraro se dirigió a los futbolistas para comunicarles la decisión del club de renovarle el respaldo al Ciego, que de inmediato se puso a trabajar. Así, todos se trasladaron al campo Nº 2, que tiene grass sintético, donde desarrollaron sus labores, previas al partido de mañana contra el líder Juan Aurich, en Chiclayo.