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El artista Renzo Sheput sacó a relucir su talento. Entró inspirado al campo, su lienzo fue el césped del estadio Miguel Grau, y sus piernas se convirtieron en ese pincel prodigioso que conoce a la perfección su calidad. Con la pelota en el pie sorprendió a todos, alzó la mirada y desde la mitad de la cancha hizo su mejor trazo, una obra de arte, digna de alabanza. El gol soñado, ese que vio marcar en su niñez al maestro César Cueto con zurda endiablada y que ahora él se atrevió a emular. Cristal volvió por sus fueros, dejó en el olvido esa incomprensible actuación frente a Cienciano y llegó al Callao decidido a enrumbar su sendero. La víctima de su ansiedad fue el Total Chalaco, que una vez más dejó vislumbrar sus limitaciones. Un 3-1 claro de los cerveceros para volver a meterse en la pelea y no perder el paso en su lucha por confirmarse de candidato. Sin embargo, el camino del triunfo fue escarpado, iniciando las acciones el elenco porteño hizo sentir su localía y apenas a los 19 Richard Estigarribia abrió la cuenta. De punta la colocó y venció la resistencia de Heredia para alegría del puerto. El aliento se tornó incansable, las cornetas y el bombo no dejaron de sonar alimentando la ilusión. Pero, la solidez de este Cristal salió a flote, se repuso del golpe y a los 22 emparejó el marcador por obra de Junior Aliberti con remate cruzado desde fuera del área. En el complemento Oblitas prescindió del ímpetu de Danny Sánchez para darle paso al talento de Sheput. El Pincel entró preciso, dispuesto a realizar sus mejores trazos en ese inmenso lienzo verde. Hilvanó jugadas con Lobatón y llevó profundidad. Es así que a los 14 el volante enmudece el coloso chalaco, alzó la mirada buscando la sorpresa y sacó el latigazo desde unos 50 metros. El balón hizo la parábola perfecta, mientras Muro corría desesperado tratando de evitar el gol, pero su intento fue fallido y la alegría se volvió celeste. Un golazo de antología, una obra de arte para ponerla en un marco. De ahí en más el trámite del cotejo fue de los rimenses, por eso no fue sorpresa un gol más. A los 24, el Vagón Hurtado marcó el tercero de remate cruzado, para sentenciar el encuentro y enderezar el camino a la gloria.