Cris Martínez volvió recargado en el clásico. Se devoró la cancha, paró el macho a los íntimos y no desaprovechó la confianza de Chemo del Solar.
Qué sensación te dejó ganar el clásico?
Me sentí bien conmigo mismo, pues no aflojé al igual que todo el equipo. Me jugué el partido de mi vida, porque sabía que era mi gran oportunidad. Los goles ya vendrán, me siento tranquilo.
Esperas seguir en el once de Chemo...
Agradezco al técnico por la confianza, no defraudé. Espero ayudar a lograr la estrella número 27.
Viviste un calvario con tu lesión...
Mi lesión y la salida de mis otros compañeros fueron terribles. Tuve que trabajar mucho en la parte sicológica para no decaer, pero tuve las fuerzas para cobrarme mi revancha.
Tuviste un conato de bronca con Guillermo Guizasola...
Me entró fuerte en una jugada y reaccioné. Quiso trabajarme a la boca, pero no arrugué como todo paraguayo.