Fría tarde limeña en La Victoria. Pero el corazón calentó la tribuna y se metió al campo. Y largó al caprichoso susto grone, haciendo respetar la casa con un gol drámatico, de esos que alcanzan para el aplauso y el sueño del campeonato. Con la tibia reaparición de la bala Moisela por el extremo izquierdo, el juego de Alianza se recostaba por derecha, con un Corzo encarador y peleador que sin embargo sufría para lanzar el pase gol, mientras que el Negro González , en su debut, dejaba más entrega que buen fútbol. Pese a ello le alcanzaba a los grones para generar susto. Para empezar a soñar en grande. José Carlos Fernández y Wilmer Aguirre arriba, depuraban cada opción de gol hasta hacerla polvo, de eso tenían buena culpa Javier Martínez y Frank Vega -los dos centrales del Ancash- que se las arreglaban para anular a los delanteros grones. La visita, con el inacabable Juan Carlos Bazalar en medio hacía su negocio, cumplidor para la marca y ligero para el pase rápido, creaba malestar en el equipo blanquiazul, principalmente con Sotelo y Vergara por izquierda, invitados al contragolpe. Sería el mismo Vergara quien al promediar la media hora de juego vería morir su tiro de gol en un cruce suicida del Chino Contreras que la mandó al corner, ufff. Se salvaba Alianza... Pícaro de piernas, Montaño seguía intentando con poco acierto, a su lado el Pato Quinteros lanzaba teledirigidos pases para José Carlos Fernández, pero éste no llegaba a buen puerto. El Potón buscaba al Zorro pero no alcanzaba... Sport Ancash resistía con lo justo, sin embargo a los 42, Bazalar choca con Montaño y tiene que ser reemplazado por Collantes, minutos antes una contra generada por el Potón terminaba siendo desviada por el portero Schimdt luego que el Zorrito definiera al cuerpo. Así terminaba la primera etapa, con el fantasma rondando en la hinchada, Alianza había intentado por todos lados, pero era incapaz de dar la estocada final. El Zorrito no era el mismo de Iquitos y sería cambiado por el Karioca Velásquez. Oscar Vílchez entraría por un Pato Quinteros cada vez más intrascendente, pero el gol no llegaba. Ya pasado los 20 el hincha desesperaba, miraba a todas partes como buscando el gol que no llegaba, escondido alguien lo debería tener. Es así que los 29 Johnier Montaño se la inventa, canjea el dramatismo del hincha por una jugada para el álbum y habilita como sólo lo hacen los genios al Karioca, éste puntea con delicadeza la pelota para verla besar las redes, golazo. Otra vez el gol llegaba de la banca, el Karioca enmudecía a los fantasmas en la fría tarde de miércoles, que ya había sido sazonada con el empate del Aurich, por eso el gol sofocaba Matute, a dos puntos ahora del Ciclón del Norte, ahora sí la casa se respeta. JOSÉ ANTONIO BRAGAYRAC