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ESCRIBE DESDE EL CUSCO JEFRY VARGAS "El Checho" se arrodilló, levantó la mirada y juntó las manos en señal de oración. Y desde el fondo de su ser, elevó una plegaria al milagrosísimo Señor de Huanca por haber estado a su lado en los aciagos momentos que le tocó vivir en Cienciano en los últimos meses. Había que cumplir la promesa y agradecer el milagro concedido. Hace unas semanas, cuando todo era incertidumbre en el equipo rojo, Sergio Ibarra le imploró al Señor de Huanca mantener a Cienciano en Primera División y le dijo que cuando todo hubiera terminado y su equipo se encontrara a salvo, llegaría hasta el Santuario. »Llegó caminando Y ayer, el "Checho" llegó hasta el pueblo de Huanca, a una hora del Cusco, en compañía de su esposa Rocío y sus hijos Pamela, Valentina y Facundo. Bajaron del auto que los llevaba hasta el lugar y caminaron durante más de una hora hasta el templo de Santa Catalina, donde está la venerada imagen. "Lo mío por el Señor de Huanca no es reciente. Hace diez años, cuando jugaba en Deportivo Wanka, con el cusqueño Joseph Posgay, él me regaló una imagen del Señor y desde entonces me volví un fiel creyente. Luego, cuando coincidimos en el 2004 en Cienciano, él, mi esposa y yo fuimos a pie hasta el Santurio", recuerda el "Checho". "El año pasado, cuando me rompí el talón de Aquiles, pensé que no iba volver a pisar una cancha, pero le oré al Señor y me curó. Gracias a él estoy bien y no le ha faltado nada a mi familia", expresó un emocionado Sergio Ibarra.///
