El Aurich se aferra a la vida y lucha con uñas y dientes por asegurar su permanencia en el fútbol profesional. Cuando todos lo daban por muerto y ya firmaban su sentencia, el Ciclón del Norte sopló más fuerte que nunca para vencer a Bolognesi por 2-1 y encendió la luz de esperanza en su camino a la salvación. Era el partido del descarte, el que definiría su suerte o el que le devolvería la vida. Tras la humillante derrota ante Alianza por 3-1 en su feudo, resultado que lo dejó agonizando, nadie creía en la hazaña chiclayana, pero al final la suerte le sonrió. Sin embargo, su empresa se tornó más complicada de lo esperado, y rápidamente se puso en desventaja debido al gol de Demus a los 4 de iniciado el cotejo. No obstante, el elenco norteño nunca perdió la calma y gracias a ese don lograría la paridad a los 9 a través de un penal cometido por Revoredo que ejecutó Carlos Zegarra de manera polémica, desatando el reclamo airado de los tacneños. Conscientes de que el empate no les favorecía en absoluto los norteños se volcaron por el triunfo y su esfuerzo fue fructífero, es así que a los 17 del complemento el colombiano Edinson Chará coloca el balón de media distancia venciendo la resistencia del golero Heredia. Herido en su orgullo Bolo buscó la reacción desesperadamente, intentó por todos lados, pero Martinuzzi se erigió como figura. En la última jugada del partido Ísmodes de tiro libre estrella el esférico en el travesaño ahogando el grito de gol a los tacneños. Así los escarlatas desperdiciaron la gran chance de alejarse del descenso, mientras que los chiclayanos siguen con vida.