Dicen que para ser un club glorioso en su historia hay capítulos de triunfos y alegrías, pero también de derrotas, frustraciones y de mucho dolor. Aquel 8 de diciembre de 1987, la historia de Alianza Lima vivió el episodio más triste del pueblo blanquiazul y a pesar del paso de los años, la herida sigue doliendo.
Fokker maldito
El plantel de los 'potrillos' se perfilaba para ser campeón nacional y los tres puntos conseguidos ante Deportivo Pucallpa por 0-1 lo reafirmaron en la punta de la tabla, dejando atrás al eterno rival, Universitario de Deportes.Se pactó un vuelo de ida y vuelta en el Fokker F-27 de la Marina de Guerra del Perú, a cargo del piloto, el teniendo primero AP Edilberto Villar Molina. El plantel de Alianza Lima celebraba y regresaba a Lima con la ilusión a flor de piel. Nada podía apagar la felicidad del pueblo blanquiazul. Sin embargo, lo menos pensado sucedió: una mala maniobra del piloto a mando terminó con el avión en pedazos en el mar limeño, llevándose consigo a todo el equipo.
"Frente al mar de Ventilla se derrumbó una esperanza, en el mar de Grau descansan los hijos de La Victoria, pero ellos desde la gloria gritarán", reza la canción de Augusto Polo Campos.
Pasada las 8 de la noche, Lima no podía creer lo que sucedía. Consternados por la tragedia, familiares e hinchas buscaron desesperados una respuesta, aferrados a una esperanza que encontrarían a los 'potrillos' con vida en algún hospital cercano. Sin embargo, las noticias no eran positivas y la fe, poco a poco, se iba apagando.
Se confirmó el fallecimiento de todo el plantel, con jugadores como 'Caíco' Gonzales, Escobar, Tomasini; el comando técnico de Alianza Lima encabezado por Marcos Calderón e hinchas, y por irónica que suene la vida, el único sobreviviente fue el piloto.
El desconsuelo se apoderó no solo del pueblo blanquiazul, sino d todo el país. Una tragedia que unió a las dos hinchadas más populares sin importar los colores e hizo el nombre de Alianza Lima aún más grande. Dicen que para ser un club glorioso las derrotas hay que saberlas manejar y de los dolores más fuertes, solo los grandes se pueden levantar. "Sobre el cielo de Lima llegaron hasta la cima y sobre el cielo de Lima se quedarán".
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