Hernán Barcos fue la figura de Alianza Lima en la temporada 2021 junto a Jefferson Farfán.
Hernán Barcos fue la figura de Alianza Lima en la temporada 2021 junto a Jefferson Farfán.

Parece ayer cuando todos estábamos enamorados de , el primer futbolista en la historia de esta disciplina en el Perú que fue adorado antes de jugar. Hoy, casi una década después de esa fiebre que personificó el “Chaval”, su destino lo lleva a , ahora ya cerca de cumplir 28 años y con una maleta demasiado pesada con dos grandes piedras de equipaje (o rocazas): primero, admitir que aquel chico que alguna vez fue la gran promesa del Real Madrid y fue dirigido por Zinedine Zidane, llegará a nuestro alicaído fútbol peruano sin siquiera haber cumplido los 30. Lo otro, que llega con la presión de alcanzar el éxito tras un año de no jugar ni un solo segundo en un partido oficial. ¡Auch...! Pero, bueno, ¿Qué tiene que ver en todo esto?

Vamos por partes. Primero, analizamos la idea de negocio: Alianza Lima apuesta -seguramente con una gran inversión de por medio- por un futbolista (Cristian Benavente) que no juega hace un año y cuyo valor de mercado se ha devaluado en más de 4 millones de euros en los últimos 3 años. Un jugador que en mayo cumplirá 28 años y que en Europa solo alcanzó el éxito económico (en el Piramyds FC de Egipto alcanzó un millonario salario), pero nunca se consolidó ni en ligas menores.

¿Por qué apostar entonces?

Cristian Benavente siempre fue un futbolista muy querido por los peruanos, incluso aunque nunca se consolidó en la selección peruana, donde el puesto se lo ganó con creces Cristian Benavente. Ese cariño aunque no ha crecido y más bien se ha envejecido, sigue ahí y tenerlo en un club tan popular como Alianza Lima podría ser un imán para atraer auspiciadores.

Es decir, comercialmente, el “Chaval” es un producto atractivo para las marcas locales. Otro factor es que aunque no ha logrado éxito en Europa y lleve un año sin jugar, el torneo peruano puede ser tan bondadoso que lo más probable es que no se le dificulte hacerse figura con lo mínimo.

El espejo de Barcos

Y es ahí donde entra la experiencia del Club Alianza Lima con Hernán Barcos, un futbolista con una reputación de disciplina muy similar a la de Cristian Benavente: lejos de los escándalos, centrado en el deporte y ejemplo a seguir en la disciplina y educación.

El “Pirata” llegó con 36 años, al borde del retiro, y con una mochila algo parecida también: llevaba un año sin jugar. Su último partido había sido en marzo del 2020 y un año después debutaba con Alianza Lima y lo hacía con gol. La historia ya la conocemos, con su experiencia y marcada diferencia con el medio local, se hizo figura y goleador. ¿Podría pasar lo mismo con Benavente?

Ojo con el caso Farfán

Otro antecedente es Jefferson Farfán, quien volvió a Alianza Lima con seis meses sin jugar pero su calidad y experiencia le bastaron para hacer goles, ser figura e incluso asegurarse su retorno a la selección peruana. ¿Podría pasar lo mismo con Benavente?

Quién sabe. Pero además de varias similitudes, hay que tener en cuenta que Benavente es mucho más joven, por lo que su capacidad de rendimiento puede ser mucho mayor. Y esto genera la expectativa de un gran negocio deportivo y económico para Alianza Lima.

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