Quieto, corazón blanquiazul. Calmado, por favor, con esta pasión llamada que me provoca microinfartos de la emoción cada vez que un centro llega a al área de , cada vez que la toma en el mediocampo y parece que enfila como una locomotora hasta la meta rival. Quieto, corazón mío, que las lágrimas hablan por mí, que este equipo de nacido para sufrir, también, nos lleva al delirio, a la locura, al gozo de ganar y ser punteros. P-U-N-T-E-R-O-S. Repita conmigo, aliancista: punteros hasta la fecha final pase lo que pase hoy en Cajamarca o el Gallardo.

Alianza Lima con la victoria

Como este equipo venía de dejarse empatar ante Mannucci (2-2) y Alianza Universidad (1-1), apenas anotó el 1-0 miré el reloj. Minuto 4. Falta un partido entero, pensé. Y en medio de ese ida y vuelta vi que Alianza, mi , retrocedía las líneas, cedía el paso para que Huancayo se crea guapo en La Victoria e intente robarnos la ilusión en Matute. Y así pasó. En el tercer córner consecutivo cobrado por Marcio Valverde, apareció la cabeza del Manuel Corrales para recordarnos lo amargo que puede ser una cucharada de nuestro propio chocolate(13’).

Ya está, dije. Otro empate más y a sacar la calculadora para viajar a Nueva Cajamarca ante Unión Comercio. Nadie dijo que sería fácil y aquí estamos aferrándonos a la ilusión que nos tira cada vez que toma el micrófono.

Me perdía por largos lapsos del partido que repetía el viejo juego del recreo en el que un compañeros centraba y el resto del salón estaba en el área solo para cabecear. Así una y otra vez, hasta el final del primer tiempo en el que, si estaba fino, Huancayo nos volteaba el marcador en un contraataque.

Menos mal no pasó. Lo que sí pasó fue que Pablo Bengoechea se salió de su propio libreto y no esperó hasta los 60’ para hacer entrar a Quevedo por Aguilar. Se paró Kevin, a los 53’, en la mitad del campo para ingresar y todo Matute se puso de pie para darle la bievenida con aplausos. Entra goleador nuestro, salva a tu equipo, imaginé.

Me comencé a comer las uñas cuando Quevedo optó por dejarse caer en el área huancaína como mejor argumento para ganar. Ya no sabía que gritarle a ‘Cachito’ Ramírez -ingresó por Arroé- cada vez que daba un pase hacia elcostado. Arriba, tírenle arriba, muchachos. Y me hicieron caso. A los 65’, el ‘Fede’ Rodríguez se quedaba solito frente al arco, pero su disparo acabó en la avenida Isabel La Católica.

A los lejos vi que ‘Felucho’, a los 76’, ingresó por Cruzado. Seguía cruzando los dedos y nada. Tanto los crucé que un centro del charrúa Felipe Rodríguez encontró al otro charrúa Federico Rodríguez en el área para cabecear y forzar a que Fuentes anote el autogol del 2-1(82’).

El reloj parecía no avanzar. Esto no quería acabarse hasta que Quevedo hizo una pinturita, sembró a dos defensas y anotó el 3-1 para que se caiga Matute entero. Líderes, chau, me voy a casa.