Alianza Lima a la final
Alianza Lima a la final

El corazón todavía late a un ritmo acelerado. El cuerpo aún no asimila las emociones. La cabeza da vueltas una y otra vez tratando de entender lo inentendible. Y el pecho, ese que protege cada palpito que da el corazón, sigue caliente y pintado de blanquiazul producto de la euforia desatada anoche en el Nacional.

Porque no hay alegría más grande que gritar un gol a todo pulmón como el de , uno que queme la garganta, que exprese esa explosión de júbilo enfermizo y nos lleve a un viaje directo hacia el delirio. Porque fue el causante de todo, el justo finalista de un torneo tedioso y el culpable de este sentimiento inexplicable y bonito que hoy no me importa entender.

Demostraste fortaleza para triunfar en Matute el domingo y corazón para asegurar ayer el pase a la final en el Nacional. Sporting Cristal fue un digno rival que complicó siempre el arco de , pero encontraste la manera de jugar cada partido como lo quería , el director de la orquesta íntima y el gran responsable del éxito del equipo.

Juego en equipo

No había razón para pensar que la semifinal estaba en el bolsillo luego de lo sucedido la semana pasada. Sí, el 1-0 fue decisivo para encarar el partido en el Nacional con un semblante distinto: ceder el protagonismo del juego a los de -ellos necesitaban ganar- y esperar el contragolpe, una de las virtudes del equipo.

Y así fue. El rival salió a golpearnos desde el inicio con en el mediocampo y un Christofer Gonzales inspirado. Ya no teníamos a Wilder Cartagena para cortar cualquier sociedad, pero estaba allí Aldair Fuentes dispuesto a dejar la última gota de sudor.

No habían pasado 10 minutos cuando Christian Ortiz avisó al arco blanquiazul. Esa pelota pegó en Fuentes y rozó apenas el arco de Gallese, que estaba protegido por todos los santos. Nuestra reacción fue inmediata y producto de un error del rival. Merlo se equivoca en la salida, Fuentes recupera y lanza largo a Balboa, quien espera el galope de ‘Cachito’ para que el volante defina con zurda ante el ‘Pato’ Álvarez. Golazo.

Ese tanto tocó fondo el orgullo celeste y potenció la esperanza de un Alianza que parecía decidido a todo, que era capaz de encontrar un gol más pese a no dominar. Ramírez volvió a probar con un remate seco al ángulo (sin suerte) y más tarde Kevin Quevedo hizo lo mismo por la banda.

Pero el rival envió todo lo que tenía buscando el empate. Entraron Kevin Sandoval, Martín Távara y Cristian Palacios para sumar en ataque, mientras Alianza aguantó hasta donde pudo. A los 61’, Távara lanzó un tiro libre que el ‘Che’ Beltrán mete en su propio arco. Fue el empate que animó el partido.

Solo era cuestión de esperar, mantener el orden y tener el balón. Alianza copió el mensaje y así lo hizo. La pelota fue nuestra, la escondimos y cerramos. Ya estamos en la final, a dos partidos más de la gloria infinita.