El grito de todavía ensordece, no se paga, sigue perenne. Esa es la prueba de que continúa vivo luego de pisar el Mansiche de Trujillo y regresar a Matute con un punto. Aunque la idea principal fue volver con la victoria a casa, el empate es mejor a nada y sirve para reflexionar sobre lo que pasa con el equipo. Hay buenos jugadores, pero falta algo más para ser completos.

Queda en la retina la sensación de que merecimos algo más, pero también tuvo lo suyo. Jugó un buen primer tiempo y luego se replegó por presión blanquiazul, que llenó de centros el área trujillana buscando la cabeza de un solitario . ‘Rocky’ solo pudo hacerse notar en el partido cuando tuvo al ‘Pelado’ de compañero en el complemento.

Pero el destino quiso que Alianza volviera a Lima sin el triunfo. No le importó la urgencia blanquiazul por ganar ni los nombres de aquellos que jugaron anoche. Adelantó a los ‘carlistas’ gracias a un autogol de , pero luego señaló el camino que los íntimos debían seguir para alcanzar el empate: centrar menos y patear más.

De ida y vuelta

alineó nuevamente a cinco jugadores atrás quizá en un intento de demostrar que su planteamiento no está errado. Aldair Fuentes jugó de zaguero y ocupó la banda izquierda como carrilero, de manera que pueda jugar libre por esa zona y más cerca al área.

Pero Pablo se dio cuenta que el sistema no marcó diferencia ni complicó a Mannucci. El partido fue parejo y cada uno tuvo su chance de marcar. Alianza estuvo cerca con un zurdazo de lejos que la ‘Hiena’ casi clava en el ángulo. La pelota pegó en el palo y se fue al cielo.

Para mala suerte, los trujillanos golpearon primero. Dos minutos después del entretiempo, el local cobra un tiro de esquina, Sebastián Ramírez cabeca y el balón se desvía en el muslo de Fuentes, descolocando a Rivadeneyra para el 1-0.

La ventaja reavivó los miedos de un nuevo tropiezo, tal y como sucedió ante Alianza Universidad en el debut, pero el equipo tuvo fortaleza para reponerse, rebelarse ante la adversidad y contagiarse de ese impulso intimidante por empatar el partido.

Entraron Luis Aguiar y Federico Rodríguez y Alianza volvió a línea de 4 al fondo. Con ello, el equipo fue más agresivo, mejoró en la volante y metió en su campo a Mannucci, que solo entonces apostó por salir de contragolpe y liquidar.

El arco blanquiazul pasó dos sustos con los remates de Diego Guastavino y Richard Chávez; pero finalmente el empate llegó a los 89’. ‘Fede’ juega con Aguiar y este devuelve el balón. El ‘Pelado’ le pega de una, se desvía en un defensor e ingresa al arco de Manuel Heredia. Golazo y a festejar.

El empate estaba consumado, pero no este Alianza que todavía adolece en sus líneas. Como dije, hay que pegarle más y centrar menos. Quizá ese sea el camino.