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Tus locuras hoy son leyenda... El mensaje que con sentimiento confeccionaron los hinchas sobre un trapo quedó como testimonio el día del adiós de José René Higuita, ayer en el estadio Atanasio Girardot, su cuna futbolística. El "Loco" merecía más en su despedida luego de 25 años de gloria y de orgullo para el país, pero como dijo su esposa Magnolia Echeverri, el cariño de los 21.307 aficionados que asistieron a la cita llegó al corazón del ídolo que en la cancha hizo de todo: el escorpión tras un cobro de Néider Morantes, un gol de tiro libre al arquero Alexis Márquez y otro tanto a Óscar Córdoba jugando como delantero y que celebró de rodillas frente a la tribuna. Ahí terminó el juego (2-2) que estuvo engalanado con la presencia del "Pibe" Valderrama, Iguarán, Álvarez, Perea, Aristizábal, César Cueto, Guillermo La Rosa, Álex Aguinaga, Aldo Bobadilla, "Pacho" Maturana y "Bolillo" Gómez, entre otros, sus amigos del alma y del fútbol. Para todos hubo ovación y recuerdos, cariño y agradecimiento, pero el grito más fuerte y más alegre fue para el "Loco" en el partido entre la selección Antioquia y los Amigos de René. "Imposible conocerles y no amarles". Así inició Higuita el discurso, en el que pidió un minuto de silencio por sus amigos que ya murieron, agradeció a la prensa y a su familia, en especial a su esposa Magnolia que no "me dejó ahogar en la orilla", pidió por la paz con un significativo "sí se puede, sí se puede", y por la liberación de los secuestrados. Ofreció disculpas por sus equivocaciones y se confesó "un pobre pecador", ante lo cual la fanaticada respondió en coro que pareció trascender a todo el país: "No se va, no se va, René Higuita no se va...".